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Apoyarse en la educación

*Por María Herminia Grande. El presidente de la Academia Nacional de Letras, Pedro Luis Barcia, honra su cargo toda vez que tiene la posibilidad de ser escuchado.

Recientemente dijo: "El lenguaje se redujo de tal manera que atenta contra la democracia. Cuando no hay capacidad de expresión se achica el pensamiento. Lo vemos todos los días con jóvenes que no leen, que no saben escribir correctamente y terminan con un lenguaje empobrecido. Y ese empobrecimiento intelectual y verbal le hace muy mal al sistema democrático". En sus distintas magnitudes pareciese que lo expresado por Barcia tiene dimensión internacional. Me sigue impresionando la actitud de los líderes democráticos del mundo cuando le impidieron al ex premier griego Papandreu consultar a su pueblo por las medidas de ajuste a aplicar. Si los pueblos no tienen acceso a la educación y al predominio de ella en su formación, pueden elegir, tolerar y hasta elogiar gobernantes mediocres.

Abel Posse me decía días atrás: "Europa recurre a los técnicos, como el caso reciente de Mario Monti en Italia y Lucas Papademus en Grecia, porque no tiene líderes políticos que conduzcan la crisis". El mensaje que le fue dado al pueblo, en este caso al italiano, se puede traducir: "Quédense tranquilos, no habrá políticos en el nuevo gabinete". Es cierto que nadie puede alegar su propia torpeza... pero estas torpezas siempre van en detrimento de los ciudadanos. También me decía Posse que "quienes integran el movimiento de los indignados quieren trabajar... pero no están preparados para el trabajo". Como vemos, de una u otra manera somos parte de un mismo problema: coincidir en la vida que queremos. La educación es la herramienta que permite que cada uno de nosotros a lo largo y ancho del mundo pueda tener conciencia o no, primero sobre el bien y el mal; segundo, acerca de la calidad de vida a la que podemos aspirar. A partir de aquí, todos los ítem tendrán que ver con las metas personales de cada individuo.

Esta semana casos ocurridos en Argentina, Chile y podríamos citar otros países, en los que vemos —dado que fueron subidas las imágenes a las redes sociales— adolescentes que abusan sexualmente de un compañerito de 11 años; un niño que fue golpeado en una clase de gimnasia por el hecho de ser "gordo"; chicos que matan a palazos a un perro o van con armas de fuego a la escuela; nos indican el rumbo de lo que hay que fortalecer: la educación en valores. Expresamente separamos el máximo exponente del quiebre del valor humano: esta semana en Rosario una niña de 10 meses de edad falleció luego de una feroz golpiza de su papá de 22 años... Si estos casos señalados que ocurren aquí y en el mundo fuesen noticia por su excepcionalidad, el tratamiento sería personalizado. Pero la generalización de la excepcionalidad es lo que debe poner en alerta a las instituciones y a los gobiernos.

Y así llegamos al punto del que nos hemos ocupado varias veces: la instalación de la cultura de la violencia en pleno siglo llamado del conocimiento. La conceptualización es: "Si el otro me impide algo, debo terminar con él". Por ello, las estadísticas muestran que el mayor porcentaje de homicidios no provienen de actos delictivos sino de "ajuste de cuentas" entre pares. Ante las preguntas de por qué esta situación de violencia, de quién o quiénes son los responsables y si se puede evitar; la respuesta tiene que ver con que de una u otra manera gobernantes y la sociedad toda no hicieron del respeto a los valores aprendidos su código de vida. Y la respuesta a si tiene solución el desandar la violencia que nos impacta y lastima es sí, pero se necesita que gobierno e instituciones crean que deben apoyarse en la educación, y no apoyar a la educación. Los grandes presupuestos son muy importantes, pero además es imprescindible involucrarse en la modificación que la escuela de hoy necesita. Para ser justa, esto lo planteó Marcelino Cereijido para con la ciencia. En este terreno, el de la ciencia, la presidenta Kirchner está entendiendo aquello de "apoyarse en" y no "apoyar a".

Y a propósito de nuestra presidenta, quien llega a un nuevo gobierno con el 54 por ciento de adhesión, debiese hacer un esfuerzo por la salud de la democracia, ayudando a que el oficialismo no sea una masa compacta de obsecuentes. El resto de la dirigencia política, las oposiciones, deben hacer un esfuerzo por adquirir visibilidad y proponer. Un oficialismo sin oposición, como dice Julio Bárbaro, "augura un destino decadente".

Política en Santa Fe. El gobernador electo Antonio Bonfatti presentó su nuevo gabinete, el cual, dado los chisporroteos previos, luce con cierto equilibrio en su composición. El radicalismo tendrá a su cargo tres importantes ministerios con Fascendini, Schneider y Genesini. Bonfatti "juega de memoria" con una extraordinaria ministra como Chiqui González y con sus compañeros de ruta Sciara y Capiello. Su actual cartera la deposita con toda confianza en manos de Rubén Galassi, importante posibilidad para el futuro político de este joven funcionario. El anuncio del gabinete disputó cartel con otro anuncio: el aumento tarifario.

Por el lado del peronismo, María Eugenia Bielsa, aspirante a la presidencia de la Cámara de Diputados, está conversando con sus compañeros esta posibilidad. Define: "Si no hay consenso, para eso están los votos". Consultada sobre la reunión en Granadero Baigorria (de un sector del peronismo) dijo "lamento no haber sido invitada porque habría asistido". Esta será una semana clave para la definición de la presidencia de Diputados.