Ante una nueva edición de Vinandino
El concurso de vinos Vinandino ha alcanzado prestigio internacional y brinda una nueva oportunidad para que la industria local conozca cómo están posicionados sus productos para responder a las expectativas de un consumidor cada vez más exigente.
Con la presentación de casi 600 muestras, entre bodegas locales y extranjeras, la Argentina se apresta a ser sede de una nueva edición -la décima- del concurso internacional Vinandino. En esta oportunidad y con el objeto de ampliar la participación, las reuniones tendrán lugar también en La Rioja y en San Juan, finalizando por supuesto en nuestra provincia y se ha previsto que los vinos ganadores sean presentados durante un acto especial a realizarse en la Capital Federal.
Los concursos internacionales fueron fundamentales para hacer conocer a nuestros vinos en el contexto internacional. Sucede que, como consecuencia de un gran consumo interno, que en la década del 60 y 70 llegó a los 90 litros per cápita, los bodegueros locales no se preocuparon por el mercado externo. Pero, como consecuencia del ingreso de las bebidas sustitutas y especialmente por los cambios de hábitos de la población, los despachos al mercado interno cayeron, lo que obligó a las empresas a salir a competir en el exterior.
Sin embargo, como los vinos argentinos eran prácticamente desconocidos para el consumidor extranjero, la forma de ingresar fue a través de este tipo de eventos. Las medallas alcanzadas y la tarea desarrollada luego por las propias empresas, en cuanto a la competitividad y a la excelente relación calidad-precio lograron el resto, posicionando a nuestro país en el lugar importante que ocupa en la actualidad.
En lo que respecta específicamente a Vinandino, es uno de los ocho concursos internacionales reconocidos por la Organización Internacional de la Vid y el Vino (el máximo organismo mundial de la industria), la Federación Mundial de Grandes Concursos Internacionales de Vinos y Espirituosas (Vinofed) y la Unión Internacional de Enólogos, y tuvo su primera edición en 1993. El jurado para calificar las muestras está integrado por especialistas y periodistas nacionales y extranjeros, y ese conocimiento de los degustadores les permite también a las bodegas conocer si sus caldos se adaptan a las nuevas exigencias de los consumidores.
Según se anunció oficialmente, los objetivos del concurso son los de estimular la producción de vinos y bebidas espirituosas de calidad superior, hacer conocer al consumidor los tipos característicos de vinos producidos en los distintos países vitivinícolas del mundo, favorecer la promoción de vinos de alta calidad y contribuir a extender la cultura del vino y de las bebidas de origen vínico.
En la edición anterior, Vinandino incorporó como "categoría especial" a los denominados vinos de "todos los días", lo que permitió también la participación de aquellos caldos que se envasan en tetra brik; los resultados fueron más que interesantes en razón de que se pudo comprobar que en esa franja figuran vinos de muy buena calidad.
Ahora se decidió agregar la categoría de "vinos artesanales y caseros" y, en este aspecto, cabe señalar que tiempo atrás se desarrolló en la provincia el concurso "Racimo de Oro Lavalle 2010", en el marco del II Seminario Nacional de Vinos Caseros, con muestras de todo el país. Uno de esos vinos obtuvo una gran medalla de oro y otro una de oro, lo que da una muestra de la calidad alcanzada por ese tipo de caldos.
Además de ratificar el prestigio alcanzado en las ediciones anteriores, esta edición de Vinandino debe servir para que los industriales locales puedan conocer en qué lugar se posicionan sus productos para poder mantener la inserción en los mercados, los que resultan cada vez más competitivos como consecuencia de las exigencias impuestas por un consumidor cada vez más especializado.