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Ante la presión, hay que hacer caso a las "corazonadas"

Una investigación de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires comprobó que a la hora de tomar una decisión rápida, la decisión más efectiva es hacer lo que se nos ocurre primero.

En base a un estudio en que se analizaron la toma de decisiones de más de 30 millones de partidas de jugadores de ajedrez en todo el mundo, científicos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, llegaron a la conclusión de que en un juego con un competidor mejor clasificado y con tres minutos para definir la partida, la decisión más efectiva es "seguir la corazonada".

"Bajo presión temporal, uno rinde mejor si sigue su corazonada, es decir que lo óptimo es hacer la jugada que primero viene a la mente", sostuvo Mariano Sigman, director del grupo de investigación de Neurociencia Integrativa de la facultad e investigador del Conicet, al diario La Nación.

Y agregó: "En la vida, todo el tiempo tomamos decisiones. Las hacemos basados en lo que conocemos, intuimos o pensamos que es mejor. A veces acertamos y otras, no. De alguna manera, uno es lo que elige", explica Sigman, que también".

Para la investigación Sigman y su equipo, utilizaron información de las partidas de jugadores de todo el mundo que quedaron registradas en el servidor gratuito mundial de ajedrez, Free Internet Chess Server ( http://www.freechess.org ).

Para hacerlo, el doctor en computación Diego Fernández Slezak tuvo a su cargo el diseño de un robot capaz de analizar las jugadas.

"Usamos el ajedrez porque hay muchísima gente jugando en Internet -dice Slezak-. Esto nos permite estudiar la toma de decisiones en un universo muy vasto. Es un juego de reglas muy claras y sencillas, y a la vez es muy complejo. Otra de las ventajas es que se pueden medir los tiempos de las decisiones y determinar si fueron acertadas o no con precisión infinitesimal. En la base de datos, no sólo tenemos 2500 millones de decisiones, sino que son 2500 millones de decisiones calificadas con puntuación precisa".

El científico sostuvo que el resultado lo llaman "Efecto miedo o respeto": "Observamos que ante mejores oponentes se juega más lento; es decir, se piensa más cada jugada y el resultado es que mejora la calidad de las mismas. Pero el tiempo gastado no compensa la leve mejora en calidad. Lo mejor, cuando el tiempo apremia, es optar por la primera decisión que viene a la mente".

"Esto no quiere decir que si se juega así se le ganará a un gran maestro como Garry Kasparov, pero esta estrategia resulta mejor que otra más conservadora", concluye Sigman.