Ante el ajuste, la desidia y la persecución, los docentes de pie y en marcha
Roberto Baradel. En la historia de la democracia argentina, este es el gobierno que más ha atacado a la Educación Pública.
La política educativa de la provincia de Buenos Aires con María Eugenia Vidal ha provocado un gran retroceso en la escuela pública bonaerense. Sin ninguna duda, la concepción que tiene la gobernadora de los docentes y de la educación pública ha significado desinversión, desidia, mercantilización y cierre de escuelas.
En la historia de la democracia argentina, este es el gobierno que más ha atacado a la Educación Pública.
Es un gobierno que en lugar de inaugurar escuelas, las ha cerrado. En lugar de reconocer y valorar el trabajo docente, intentó deslegitimarlo. Le mintió a la sociedad y a los docentes sistemáticamente, primero diciendo que no tenía cifras ciertas de la cantidad de escuelas y alumnos de la Provincia de Buenos Aires, algo totalmente falso. En la provincia existe la Dirección de Planeamiento que sistemáticamente releva esos datos esenciales para planificar y tomar decisiones de política educativa.
Le mintió a la sociedad y a los docentes cuando planteó que su prioridad eran los chicos, mientras promovía e incentivaba un conflicto que dejaba a miles de chicos sin clases. A la vez que miles de chicos no podían concurrir a las escuelas por problemas de infraestructura. Le mintió a la sociedad y a los docentes cuando dijo que un docente debería ganar $ 40.000 y ofrecía una suma que no llegaba ni siquiera a $ 12.000 en ese momento. Pretendió enfrentar a los docentes con la comunidad llamando a los autoproclamados voluntarios para sustituir a los maestros y a las maestras, a los profesores y a las profesoras, que legítimamente reclamábamos por nuestro salario, por las condiciones de infraestructura, por los comedores escolares y por el cierre de escuelas. Demonizó y persiguió a los dirigentes sindicales recurriendo al linchamiento mediático, al ataque de los trolls paragubernamentales en redes, y mintiendo en primera persona o a través de las fake news, intentando deslegitimar a los interlocutores del reclamo.
Luego atacó directamente a los sindicatos amenazándolos con el quite de la personería gremial o el cobro de multas millonarias. Finalmente fue contra los docentes levantando sumarios masivos a aquellos que adherían a medidas de fuerza, realizando auditorías a las escuelas y confeccionando listas para intimidar e impedir el libre ejercicio del derecho a la huelga.
Resultados de esta política tan nefasta y autoritaria, fue el cierre de escuelas, de bachilleratos de adultos, el traspaso de los centros de formación profesional a la órbita del Ministerio de Trabajo, el cierre de escuelas rurales y de islas, la eliminación de los programas de políticas socioeducativas y del Programa Nacional de Formación Docente. También mercantilizaron a través de distintas ONGs la actualización y capacitación docente, ajustaron en infraestructura y ahí tenemos el resultado, la muerte de Sandra y de Rubén, que fallecieron en la explosión de la Escuela N° 49 de Moreno, a pesar del reclamo realizado varias veces por el Frente de Unidad Docente Bonaerense por mayor inversión en reuniones que abordaran esta problemática.
Sandra y Rubén murieron por la desidia y el ajuste del gobierno de Vidal. Los docentes y la comunidad educativa soportamos la política de ajuste del gobierno provincial, la protección mediática que tenía dicho gobierno, digna de una dictadura militar, en donde silenciaban la verdad, amplificaban la mentira y atacaban a aquellos que levantábamos la voz.
Persiguieron, difamaron, mintieron, intimidaron, desoyeron, ajustaron, amenazaron, pero no pudieron. No pudieron con la escuela pública. No pudieron con los docentes. No pudieron con la comunidad educativa. Cuando se trate este período de la historia tan triste, dañoso, autoritario y absolutamente negativo para la educación pública a nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires, se va a mencionar que hubo un colectivo de trabajadores de la educación que no se resignó, que defendió y defiende sus ideas y sus convicciones con absoluta dignidad, sobreponiéndose a los ataques, dando respuestas colectivas, en unidad, en conjunto con la comunidad educativa, con valentía y con una profunda convicción y amor por la escuela pública, por los estudiantes y por nuestro pueblo.
Donde está la escuela está la Patria, y el General San Martín decía que cuando la Patria está en peligro, todo está permitido menos no defenderla. Nos sentimos orgullosos y orgullosas de haberla defendido.
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