¿Añoraremos 2011?
Lejos de dejar atrás los difíciles momentos vividos el año pasado, el mundo parece avanzar durante este 2012 hacia una riesgosa constelación de coyunturas negativas.
Pasadas las tradicionales fiestas, los analistas de los principales medios europeos y estadounidenses se dieron a la tarea de imaginar el curso del año actual. De 2012 pueden decirse muchas cosas, menos que será apacible. La primera hipótesis de conflicto es, naturalmente, la decisión de Israel de bombardear los centros de desarrollo de armamento nuclear de Irán.
Es verdad que el presidente Barack Obama advirtió al primer ministro Benjamin Netanyahu de la inconveniencia de un ataque que puede desencadenar represalias de todo orden, reencendiendo en Medio Oriente las hogueras de la tragedia, nunca del todo apagadas. También es verdad que Netanyahu jamás tomó en serio a Obama. Ambos mandatarios volverán a encontrarse en marzo y no se descarta que "Bibi" anticipe entonces a Barack hasta la hora y el minuto del comienzo de los bombardeos israelíes.
Luego está el problema del embargo petrolero al régimen de Mahmoud Ahmadinejad, quien dispuso el bloqueo del estrecho de Ormuz, por donde transita un tercio del comercio internacional y una quinta parte del consumo mundial de petróleo. Obama ya despachó a su Quinta Flota. Si se produce alguna confrontación, aunque fuese de baja intensidad, el crudo podría encarecerse entre 50 y 70 dólares el barril. Otro sismo que estremecería la precaria estructura económica del mundo actual.
China comienza a perder impulso y se avizora al estallido de su propia burbuja inmobiliaria. El precio del suelo se cayó un 50 por ciento en un año y el endeudamiento de desarrollistas y flamantes propietarios se estima superior a 160 mil millones de dólares, mientras la producción industrial es la más baja de los últimos dos años.
Luego está el ya crónico problema de la Unión Europea (UE). Las cumbres se suceden, las presiones a Grecia se multiplican, no hay crédito para consumo, hay masiva destrucción de puestos de trabajo y quizá Nicolas Sarkozy sea derrotado en las presidenciales de marzo y adiós eje Berlín-París. Para los tres primeros meses de este año, la Eurozona necesita 217 mil millones de euros, pero no hay demasiado entusiasmo en prestarlos, aunque se ofrezcan tasas demenciales.
Según Financial Times , la crisis financiera golpeará al Reino Unido. La proyección del crecimiento para 2012 quedó reducida al 0,7 por ciento, frente al 2,5 por ciento anterior. La austeridad y la crisis del euro pesan. Un solo dato a favor: Gran Bretaña no pertenece a la Eurozona y, por ende, puede imprimir su propia moneda y, llegado el caso, licuar en parte su endeudamiento y reducir el riesgo de una cesación de pago. Pero ya no existe la solidez del pasado.
Frente a ello, de poco servirían como elemento de distracción los Juegos Olímpicos, que se iniciarán en Londres el 27 de julio próximo. Es que en Europa y el mundo hay demasiados problemas políticos y económicos en juego.
Es verdad que el presidente Barack Obama advirtió al primer ministro Benjamin Netanyahu de la inconveniencia de un ataque que puede desencadenar represalias de todo orden, reencendiendo en Medio Oriente las hogueras de la tragedia, nunca del todo apagadas. También es verdad que Netanyahu jamás tomó en serio a Obama. Ambos mandatarios volverán a encontrarse en marzo y no se descarta que "Bibi" anticipe entonces a Barack hasta la hora y el minuto del comienzo de los bombardeos israelíes.
Luego está el problema del embargo petrolero al régimen de Mahmoud Ahmadinejad, quien dispuso el bloqueo del estrecho de Ormuz, por donde transita un tercio del comercio internacional y una quinta parte del consumo mundial de petróleo. Obama ya despachó a su Quinta Flota. Si se produce alguna confrontación, aunque fuese de baja intensidad, el crudo podría encarecerse entre 50 y 70 dólares el barril. Otro sismo que estremecería la precaria estructura económica del mundo actual.
China comienza a perder impulso y se avizora al estallido de su propia burbuja inmobiliaria. El precio del suelo se cayó un 50 por ciento en un año y el endeudamiento de desarrollistas y flamantes propietarios se estima superior a 160 mil millones de dólares, mientras la producción industrial es la más baja de los últimos dos años.
Luego está el ya crónico problema de la Unión Europea (UE). Las cumbres se suceden, las presiones a Grecia se multiplican, no hay crédito para consumo, hay masiva destrucción de puestos de trabajo y quizá Nicolas Sarkozy sea derrotado en las presidenciales de marzo y adiós eje Berlín-París. Para los tres primeros meses de este año, la Eurozona necesita 217 mil millones de euros, pero no hay demasiado entusiasmo en prestarlos, aunque se ofrezcan tasas demenciales.
Según Financial Times , la crisis financiera golpeará al Reino Unido. La proyección del crecimiento para 2012 quedó reducida al 0,7 por ciento, frente al 2,5 por ciento anterior. La austeridad y la crisis del euro pesan. Un solo dato a favor: Gran Bretaña no pertenece a la Eurozona y, por ende, puede imprimir su propia moneda y, llegado el caso, licuar en parte su endeudamiento y reducir el riesgo de una cesación de pago. Pero ya no existe la solidez del pasado.
Frente a ello, de poco servirían como elemento de distracción los Juegos Olímpicos, que se iniciarán en Londres el 27 de julio próximo. Es que en Europa y el mundo hay demasiados problemas políticos y económicos en juego.