Aníbal Fernández: "No creo que haya que pedir disculpas"
El jefe de Gabinete sostuvo hoy que a pesar del resultado negativo del segundo cotejo de los perfiles genéticos de los hermanos Noble Herrera "todavía no está terminado el tema" y consideró que el Gobierno no debe "pedir disculpas de nada".
El funcionario, Aníbal Fernández, negó que haya una persecución política en el caso que involucra a los hijos adoptivos de la propietaria del Diario Clarín, Ernestina Herrera de Noble, y remarcó que la causa "no debe cerrarse" ya que en otro momento "pueden aparecer familiares" de desaparecidos en el última dictadura "con nuevos datos genéticos para cotejar".
Fernández fue el primer funcionario en referirse al tema luego del último entrecruzamiento clave en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y en su mensaje responsabilizó a la titular del diario por haber "negado" el análisis desde hace diez años.
"Todavía no se ha terminado la causa, porque se cotejaron con 52 familias, y faltan 3. Una vez que se avance, si todos dieran negativo, puede suceder que falten datos que todavía no se hayan presentado a cotejar. Ya hay un caso, el del nieto recuperado número 98. El caso culmina cuando se puede demostrar la identidad", indicó en declaraciones televisivas.
Además, el jefe de Gabinete remarcó que "puede pasar que nuevos familiares dejen sus datos genéticos en un futuro" y rechazó las acusaciones de todo el arco opositor respecto de una "persecución política" a los hermanos Noble Herrera, al advertir que "el manoseo más grande ha partido del propio grupo, porque con haber hecho el análisis hace 8 o 10 años se hubiera terminado el tema".
"Por eso no creo que haya que pedir disculpas de nada. Hay un delito que la propia Ernestina Herrera de Noble admite en una editorial de hace 8 o 10 años, que había hablado con sus hijos sobre la posibilidad de que sean hijos de desaparecidos. Los jóvenes son víctimas de esta situación, pero el delito culmina cuando se determina cuál es la verdadera identidad", enfatizó.
La comparación de los perfiles genéticos de Marcela y Felipe dieron negativo el último viernes al ser cotejados con las muestras de familias que desaparecieron en los años 1975 y 1976 y se encontraban en el BNDG.
Días atrás se había conocido que también había dado negativo el cotejo con las dos familias querellantes, los Lanoscou-Miranda y los Gualdero-García, y ahora resta un tercer entrecruzamiento con el resto de las familias de personas desaparecidas con posterioridad a 1976, que se realizará después de la feria judicial.
Sin embargo, este fue el más relevante de los tres exámenes ordenados por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, porque se compararon los perfiles genéticos de Marcela y Felipe con los de familiares de personas que desaparecieron en los 24 meses más próximos (antes y después) a las fechas del nacimiento establecidas de ambos jóvenes.
El ADN de Marcela fue entrecruzado con el de 55 familias, pero en tres de ellas la información genética disponible resultó "insuficiente" para excluir o confirmarlo, mientras que en el caso de Felipe el análisis se hizo con 57 familias y también resultó que faltaban datos de una de ellas, indicó el informe que firmaron la titular del BNDG, María Belén Rodríguez Cardozo, y el resto de los peritos.