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Andy Kusnetzoff se quebró en la vuelta a su programa tras la muerte de su padre: “Me preparé un montón para esto”

El periodista retomó la conducción de “Perros de la calle” días después de la partida del sexólogo, Juan Carlos, quien también era columnista de su ciclo.

Un emotivo momento se vivió en “Perros de la calle” (Urbana Play) luego de que Andy Kusnetzoff enfrentara el desafío de volver a la radio tras el fallecimiento de su padre, Juan Carlos Kusnetzoff, compartiendo con su audiencia y con el psicólogo Gabriel Rolón las complejidades emocionales de esta experiencia. Este evento marcó un momento significativo tanto para el conductor como para sus oyentes, lo que demostró la profunda conexión que existe entre el clásico ciclo y su público.

El fallecimiento ocurrió el día domingo, y este viernes se produjo su retorno al histórico ciclo, en el que decidió que comenzara con una charla a solas con Rolón, a quien desde el principio le reconoció: “Un poco quería tenerte porque es difícil el primer día volver. Después ya está”, ante lo que su interlocutor expresó que “es muy difícil porque es un día extraño, pensá que nunca jamás en la vida desde que naciste habías pasado un día sin tu papá. Es complejo por todos lados, pero acá estás, que es lo bueno”.

Durante este comienzo, expresó su gratitud hacia el equipo de producción y la audiencia por el soporte y cariño recibidos en estos momentos difíciles, a la vez que reconoció públicamente el desafío que representa hablar de su pérdida, máxime al destacar cómo su carrera y vida personal estuvieron intrínsecamente ligadas a la figura de su padre. Además, Andy reflexionó sobre la complejidad de procesar la ausencia de un ser querido a pesar de haberse preparado emocionalmente para este momento, incluso tras haber asistido a terapia.

“Quiero agradecerle al equipo, está bueno saber que pudieron llevarla, Sofia (Martínez) y Evelyn (Botto) les tocó esto, las quiero, a todo el resto de la producción, de la radio, quiero agradecer todas las muestras de cariño que fue increíble, me superó, y me puso contento”, destacó antes de quedar en silencio embargado por la emoción. Segundos después y con la voz ya quebrada, reconoció que no es lo que hubiera querido, ya que “me preparé un montón para esto, incluso ayer fui a terapia para que no pase esto, lo tenía controlado, Rolón. Pero siempre el humor me sacó de estos lugares”, mientras que el terapeuta presente junto a él en el estudio lo consoló al explicar que “no hay manera de prepararse para estas cosas, Andy, como salga”.

Fue ante ello que Rolón destacó que “podés estar un mes de vacaciones, pero sabés que está, pero para la psiquis es difícil entender que no va a estar más. La realidad te muestra que es así. La razón te dice que era grande, que lo vivió bien. Pudieron compartir tu ámbito con él, la radio, tenerlo acá, que él te prestigiara en tus comienzos. Un tipo que abrió un agujero en la pared hablando de psicología, de psicoanálisis, y han sido muchos años de compartir esto también. Todos comparten cosas con sus padres, pero lo tuyo también tiene un plus”.

El intercambio entre Andy y Rolón ofreció una ventana íntima a las reflexiones sobre la pérdida, el duelo y la resistencia humana en momentos de adversidad, al presentar un momento de radio que traspasó los límites convencionales del medio para tocar el corazón de su audiencia. “Mi vida entera y mi vida radial, desde Radio Mitre, fue con este hombre, y por momentos en los oyentes sentí que también perdían algo. Sentí que tenía que decir algo hoy, pero es difícil. Para los oyentes que querían un viernes más arriba quizás es difícil. Por un lado decís estoy tranquilo, porque es una persona grande y lo viví un montón de tiempo. Hace 25 años tuvo un ACV que lo dejó el coma, que le costó mucho salir de eso, pensamos que se iba a morir y vivió 25 años más, y pienso que es una tranquilidad. Tengo amigos que perdieron a su padre de chicos y es un duelo distinto, pero hay otra parte de ‘ah, ¿no lo veo más?’”, dijo al comienzo del ciclo para las más de 25 mil personas que lo seguían por streaming sumados a los miles de oyentes de radio tradicional.

En ese contexto, el conductor quiso rescatar el tiempo compartido con su padre y haberlo acompañado hasta el último suspiro. “El ejercicio de estar al día es muy importante, la vida es demasiado frágil y estar al día no es haber hecho todo porque nadie puede. Te han quedado dos o tres pizzerías seguro que algún día te sentarás y dirás ´acá tendría que haberlo traído´, o te amargarás en el cumpleaños de 15 de Elenita porque no va a estar. Pero es parte del asunto. Es fundamental haber compartido”, explicó Rolón.

Embargado por completo por la emoción, Kusnetzoff reveló sentirse tranquilo. “Tengo muy en claro que en la vida tiene ciclos y está bien. Yo estoy grande, él estaba grande, y lo disfruté. Y luego está la tristeza de decir ´no lo voy a ver más´. Ayer fui a mi psicóloga y me mandó dos capturas de El Rey León que me encantaron”, contó y citó una de las frases: “Una dice: ´mirá las estrellas, los grandes reyes del pasado nos observan desde las estrellas, así que cuando te sientas solo recuerda que siempre estarán para guiarte y yo también. Y eso le pasa a Simba que se mira en el agua y se ve pero también ve a su padre. Cada uno tiene a la persona que no está adentro suyo de distinta manera”.

Además, se lamentó por todas las hermosas palabras que sus allegados dijeron sobre su padre y que él no pudo escuchar. “Me gustaría hacer como hacen en Estados Unidos, un velatorio en vivo, en donde sientan a una persona y le dicen todo lo que le quieren decir en vida. Porque en estos días me escribieron alumnos, vecinos, gente que lo quiere para contarme cosas suyas, para hablar bien de él, y yo pienso si esa gente estaba al día. O sea yo estaba al día, siempre le dije todo, pero ¿todos ellos se lo dijeron? ¿Él lo sabía?”.

Para finalizar, ya sin poder emitir palabra por la emoción, dijo: “Quiero decirle gracias a mi papá. Me gustó ser tu hijo. Me gustó compartirlo con los oyentes, era el mío pero también era de todos”. Y sonó el tango “Pavadita”, que era el preferido del Doctor K como cortina, mientras se escuchaban emotivos mensajes de despedida de la gente.

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