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Analizan una nueva mutación del coronavirus que habría aparecido en Argentina

Se denomina S_E484K y fue detectada en cinco testeos realizados en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. No puede asociarse a ninguna otra cepa hasta tanto no se desarrolle la secuenciación de todo el genoma.

Las novedades en torno a las mutaciones del COVID-19 están poniendo en alerta a la comunidad científica mundial. Las voces se alzan en diferentes sitios, aunque, hasta ahora, la única certera es la que se ha detectado en el Reino Unido y Sudáfrica, que han implicado un cierre estricto en ambos países, además de la restricción local de ingreso de viajeros de dichos destinos. Ahora la preocupación surgió en el plano local, en donde una nueva mutación, denominada S_E484K. “S”, fue detectada en la Argentina por científicos del Proyecto PAIS, quienes lo estudian a contra reloj para poder concluir si se trata, efectivamente de una nueva variación del SARS-CoV-2.

Con dicha alerta, en todos los centros abocados a la investigación de estas variantes posibles de aparición, la atención se concentró. Los investigadores pertenecen al Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2 (PAIS), uno de los grupos que ha comenzado a trabajar para desarrollar una estrategia que permita hacer monitoreo en tiempo real de la genómica, es decir al conjunto de genes que componen al virus, su identidad.

Mariana Viegas, bioquímica, viróloga e investigadora de CONICET, a cargo de PAIS, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, confirmó que “en medio de las semanas navideñas” trabajaron en pos de la obtención de un procedimiento que permitiera seguimiento más estricto sobre todo en materia del acceso de las nuevas cepas o variantes registradas al país.

Coordinado por Viegas, quien también forma parte del Laboratorio de Virología Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, el equipo trabaja articulada y colaborativamente para realizar estudios genómicos de SARS-CoV-2 en nuestro país y aportar tanto al conocimiento local como a la base de datos global de circulación viral GISAID (Global Initiative on Sharing All Influenza Data). Entre sus objetivos se encuentran la secuenciación de los genomas circulantes de SARS-CoV-2 en distintas regiones de nuestro país, el análisis a gran escala de secuencias, ensamblado de genomas, análisis filogenéticos y filogeográficos, epidemiología y evolución molecular, y estudios de correlación clínica.

Las tareas realizadas con velocidad determinaron que de 71 muestras positivas obtenidas en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez en la segunda semana de diciembre, se analizaron 39 con detalle. En ninguna de ellas se detectaron mutaciones.

Luego de Navidad, un segundo trabajo realizado sobre 144 muestras también arrojó resultados negativos en cuanto a cambios de extrema relevancia, aunque sí se observó la presencia de la mutación S_E484K en una muestra de GBA, que es una de las tres mutaciones ya identificadas en Sudáfrica, y que, además, concuerda con otra muestra única hallada en Río de Janeiro.

La alerta se disparó, pero, según la especialista “se requiere secuenciar el genoma completo del SARS-CoV-2 para determinar si lo detectado localmente comparte un origen común con la variante de Río de Janeiro”. La tranquilidad que expresa el equipo PAIS se basa en la condición de detectar estas anormalidades en tiempo real, y proponen utilizar la misma metodología a nivel nacional.

El origen del mutante

Los datos revelan que esta variante se llama S_E484K. “S” porque corresponde al gen o proteína S (también llamado “spike”), uno de los 27 que el coronavirus codifica (al menos hasta lo que se sabe hasta hoy). La “E” y la “K” representan los aminoácidos de la proteína en cuestión. Y el número 484 es la posición en la que los científicos argentinos del Proyecto PAIS notaron la modificación.

En esta revisión en tiempo real, sólo se han detectado cinco casos: cuatro de la ciudad de Buenos Aires y una de la provincia. Para confirmar si se trata o no de una mutación similar a la de Río de Janeiro los especialistas afirman que es preciso completar la secuenciación de todo el genoma de las muestras con que cuentan. Tarea que demandará entre 7 y 15 días. No se trata sólo de tiempo, sino de que contar con una cantidad significativa de muestras (al menos 100) que justifique el gasto del reactivo.

También se advirtió que no se encontraron variantes de las provenientes del Reino Unido, la que se considera más contagiosa. “No hay evidencias experimentales hasta el momento que indiquen que la variante se asocie con características biológicas o clínicas diferenciales respecto de otras variantes del SARS-CoV-2. En otras palabras, no se demostró que tenga mayor capacidad de multiplicación o mayor virulencia”, explicó la coordinadora del proyecto.

El reporte estuvo a cargo del Nodo de Secuenciación del HNRG (CABA), integrado por las becarias doctorales Mercedes Nabaes, Sofía Alexay, Stephanie Goya y Mariana Viegas, y del Nodo de Evolución de Proyecto PAIS, integrado por las investigadoras del CONICET, Paula Aulicino, Carolina Torres, y Viegas, el investigador del CONICET, Guido König y el investigador del INTA, Humberto Debat.

La aparición de variantes virales es un proceso natural de la evolución de los virus. Sin embargo, cuando éstas se presentan con cambios genéticos en regiones implicadas en la interacción con el receptor celular o en el reconocimiento de anticuerpos específicos es necesario evaluar el posible impacto de esos cambios genéticos sobre la propagación viral, la capacidad de causar enfermedad más severa o la respuesta a la vacunación.

Fuentes consultadas por Infobae, desde profesionales académicos, equipos asesores oficiales responsables de espacios de investigación local e infectólogos, todos coincideron en que es prematuro emitir opiniones respecto de esta posible mutación. Es preciso aguardar la secuenciación del genoma completo.

Dichas fuentes concordaron en que si bien las mutaciones detectadas en Sudáfrica y en el Reino Unido son potencialmente más fácilmente trasmisibles, esto no conlleva riesgo mayor. Para determinar si esta cepa que se acaba de detectar localmente sigue ese mismo patrón, es preciso aguardar la secuenciación integral del genoma.

“La cantidad y tipo de cambios no se asocian directamente con un comportamiento fenotípico diferencial de los virus (transmisibilidad, virulencia, etc.), pero sí destaca la importancia del estudio continuo de esta y otras variantes que pueden emerger en las poblaciones con consecuencias inciertas, especialmente relevantes ante la instauración de las campañas de vacunación inminentes”, concluyó Viegas.

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