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Análisis psicológico del combo explosivo: el deseo de Fede Bal de salir con una femme fatale, la personalidad de Barbie Vélez y la influencia de sus madres

La separación sigue dando tela para cortar, sobre todo en el aspecto psicológico. El análisis de la licenciada Goldberg.

La separación entre Fede Bal y Barbie Vélez sigue dando tela para cortar, sobre todo en el aspecto psicológico. ¿Cómo influyeron las madres y los nuevos roles de mujer?

"Según Freud, partimos de una premisa particular: que la mujer le tiene envidia al hombre, al pene del hombre, y por eso se siente más incompleta. Siempre pensé que esto no podía ser así. Una mujer nunca va a ser igual al hombre y, al intentar igualarlo, pierde su esencia", comenzó la licenciada en psicología Beatriz Goldberg.  

En la actualidad, se nota un cambio en los roles, desataca Goldberg. "Las cosas no están tan claras como antes, se nota con la baja en la cantidad de hijos que se tienen y en el gran número de madres que hacen tratamientos de fertilización solas. Las actitudes y formas de vestir son diferentes y en el caso de Barbie Vélez y Fede Bal se exacerban", manifestó en comunicación con DiarioVeloz.

"Esta modificación del status de mujer repercute en las relaciones, predispone o pone más celoso al hombre. Ellos quieren una femme fatale, él eligió una chica así, expuesta. Pasa que eligen y después quieren algo diferente", explicó la licenciada.

Acerca de la elección romántica que tuvo Barbie, sentenció: "A los dos les pasó, ella quería un tipo mediático, con su pinta pero con ese nivel de exposición, alguien agradable, del medio, alguien con quien se sienta a fin en su mundo, donde la exposición es familiar".

"Las personas se desenamoran de aquello que tanto les gustó. Federico dice que le gustaban sus ojos, el pelo y es lo mismo que otros pueden mirar y apreciar de ella", describió.

Goldberg propuso un ejemplo muy gráfico para que se entienda la explicación: "Él quiere una mujer bomba, pide una modelo y después quiere que le haga una milanesa con papas fritas y que esté pegada a él por el nivel tan grande de mediatización".

La herencia

En ambos casos, la licenciada destaca el curioso dato que los jóvenes fueron criados en ambientes donde sus madres fueron las figuras más expuestas.

"Carmen Barbieri no era la mujer típica que le llevaba la comida a su marido y ahí también se desdibujó el lugar del hombre. En ambos casos la exposición era de las madres, siempre eran ellas mujeres fuerte y mediáticas, las dos desde el lugar de víctimas", observó la psicóloga.

En cuanto a la hija de Nazarena Vélez, consideró: "En principio, Barbie nunca salió a llorar ni nada, quiso diferenciarse de la madre, pero hay esquemas y aromas conocidos que sirven, que vienen innatos, trató de correrse al principio pero terminó mediatizando ella la situación, con la tapa de la revista, en lugar de hacer una denuncia".

La etapa de la violencia

"Acá fueron incrementando ambos los celos y, con el nivel de exposición, se exacerbó. Ambos son responsables. Se está muy pendiente de las acciones que realiza el otro y la tecnología hace que sea más incontrolable", analizó.

En cuanto a las situaciones de violencia que se conocieron, la psicóloga destacó: "La violencia de género es cuando hay mujeres más pasivas, que aguantan y toleran todo, Barbie no tiene personalidad de mujer golpeada. Acá hubo un cruzamiento, ella tiene también el perfil alto de mujer que también trabajaba en los medios".

"Fijate que ella aminoró los daños, naturalizaron esa violencia de los dos lados, ella con él y él con ella. Ella le dio más hincapié a la infidelidad que a los golpes. Desde el principio hubo violencia, pero no de género. El miedo es más a perder un trabajo porque está más expuesta", finalizó Goldberg.