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Alerta en la Universidad

Que más de un cuarto de los estudiantes universitarios no rinda una materia por año y que haya seis egresados por cada 100 alumnos son datos de la mayúscula crisis del sistema universitario estatal.

Que el 25,5 por ciento de los estudiantes de las universidades nacionales no haya rendido una sola materia en un año; que menos de un cuarto tenga el ritmo normal de cursado de cinco y seis materias por año y que por año se agrega que las disciplinas más requeridas por el mercado laboral –las ingenierías y la informática– son las que menos alumnos y graduados tienen, son datos que confirman que el sistema público universitario está en crisis.

Es cierto que creció en términos relativos el número de egresados de aquellas disciplinas, pero aún es relativamente pequeño en relación con el total, ya que Abogacía, Psicología, las humanidades y las ciencias sociales y de la comunicación ocupan más del 70 por ciento del conjunto estudiantil.

Incluso el principio de gratuidad y equidad de la enseñanza está en cuestión, ya que quienes cursan y egresan de las universidades nacionales en su mayoría provienen de las familias de mayores recursos.

En este punto, los datos también son incontrastables: sólo el cuatro por ciento del tercio de la población más pobre tiene estudios universitarios completos, mientras que la cifra se eleva al 35 por ciento en el tercio alto-medio.

Si se analiza la situación planteada en las últimas semanas en Chile, donde los estudiantes universitarios exigen una educación no sólo más igualitaria sino también de mayor calidad, se llega a la conclusión de que en el país vecino se tiene una valoración mayor de la educación como herramienta de progreso personal y social. En el vecino país, los estudios superiores son pagos y onerosos, aun en las universidades públicas.

Esto no sucede en la Argentina, donde el facilismo, la repetición, la deserción y la figura del estudiante crónico son moneda corriente, pese a que los estudios son prácticamente gratuitos.

Estas cifras fueron expuestas en el reciente Encuentro Nacional por la Educación Balances y Desafíos, realizado en la Universidad Nacional de Córdoba, que, entre otros puntos, analizó cómo revertir la muy baja tasa de graduación en relación a una alta tasa de ingresantes.

Desde hace tiempo, las universidades nacionales argentinas son consideradas megauniversidades o universidades de masas; sin embargo, el porcentual de egresados es muy bajo: sólo seis sobre cada 100 alumnos, según datos de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación.

Este tema, al igual que el de la orientación de la matrícula, forma parte de un debate sobre la política universitaria, que alguna vez se tendrá que dar y a fondo en las propias universidades y en los ámbitos que correspondan.

No es sustentable un sistema con esta baja tasa de graduación o que haya una superpoblación en determinadas carreras o facultades, mientras faltan estudiantes y profesionales en las disciplinas más requeridas para el modelo de país.