Alegatos y pedido de condena: semana clave en el juicio contra los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa
El miércoles 25 y el jueves 26 de enero la fiscalía, el particular damnificado y la defensa de los imputados harán sus respectivas presentaciones. El veredicto podría conocerse el 31 del mismo mes.
De la expectativa inicial por el comienzo del juicio a los 8 rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ahora queda menos días para conocer la pena que recibirán los detenidos.
Si bien durante el debate oral quedó comprobado que Máximo Thomsen, Luciano Pertossi y Ciro Pertossi golpearon al joven de 18 años a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell, en las 13 audiencias que se desarrollaron en la ciudad de Dolores, no se pudo determinar con total certeza si el resto de los sospechosos también atacaron a Báez Sosa.
Lo que está claro, por ejemplo, es que en la uña del dedo meñique de Fernando había ADN de Blas Cinalli, un dato que lo ubicaría como participe de la pelea. Aun así, al menos en los videos que existen del ataque, no queda clara su participación esa madrugada.
Por su parte, Enzo Comelli fue reconocido por Juan Bautista Besuzzo, amigo de Fernando, como la persona que le dio a la víctima la trompada inicial que lo dejó en el suelo. “La sensación inicial del momento fue que el ataque fue directo hacia Fernando, y que cuando quisimos impedirlo, nos sacaron”, sostuvo.
Luego, Santiago Corbo, otro amigo del joven fallecido, aseguró que Ayrton Viollaz era uno de los que arengaba durante el ataque, con una frase muy peculiar que quedó en su memoria. “Es ahora, es ahora”, habría dicho el rugbier a sus compañeros.
Otro amigo de Fernando, Tomás D’Alessandro, por su lado, reconoció a Lucas Pertossi como una de las personas que lo golpeó y de quien además él mismo se agarró de su pantalón. “A mí me pegaron dos o tres personas. En el momento tengo la imagen de haber visto a un muchacho que dijo algo así como ‘a ver si seguís pegando negro de mierd...”, y, esa frase, se la atribuyó a Matías Benicelli.
Después, Federico Raulera, otro de los chicos que estaba en el boliche esa noche con Fernando, aseguró que Ayrton Viollaz y Luciano Pertossi los agredieron en la puerta del lugar. Él, como el resto de los allegados de Báez Sosa, afirmaron que Viollaz fue uno de los que no les permitían detener la golpiza.
Además, en lo que respecta a las pericias químicas, se pudo determinar durante el debate que las prendas de los acusados estaban manchadas con la sangre de Báez Sosa. Por ejemplo, la camisa de Benicelli tenía rastros de sangre de Fernando, al igual que la ropa de Ciro Pertossi, Cinalli y Thomsen.
Se define el futuro de los rugbiers
En estos términos, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores, compuesto por los jueces Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, deberá decidir en muy pocos días si condenan a prisión perpetua a todos los acusados, tal como esperan los papás de la víctima, o si, en su lugar, resuelven una pena distinta.
En los lineamientos, enunciados el primer día por las distintas partes al comienzo de la primera jornada, el abogado Fernando Burlando, como particular damnificado, sostuvo: “Vamos a demostrar que los agresores tendieron un verdadero arco humano para actuar sobre seguro y que su presa no pudieran escaparse”.
“Los imputados dijeron que se iban a llevar un trofeo, y lo que se llevaron fue la vida de Fernando”, agregó y, por eso, dijo que los 8 rugbiers deberían recibir una pena a perpetua. En sintonía, afirmó que en los alegatos de cierre, junto a su colega Fabián Améndola, ambos iban a enumerar los motivos por los que consideran esa condena.
Los rugbiers llegaron al debate imputados por “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, además del delito de “lesiones leves”, debido a las heridas sufridas por los amigos de Fernando que también fueron atacados por ellos esa madrugada. La acusación prevé una pena de prisión perpetua.
Sin embargo, el defensor Hugo Tomei, después de haber querido posponer el debate con dos nulidades que presentó y a las que el tribunal no dio lugar, espera que la estrategia que desplegó en las últimas jornadas del juicio, con las declaraciones de algunos de los imputados y de sus familiares, dé sus frutos.
En este sentido, el abogado intentará convencer al tribunal de que no existió ningún acuerdo para ir a matar a Báez Sosa, y sumará además que no se pudo comprobar la actuación que tuvieron algunos de sus imputados durante esa madrugada.
Por eso mismo, los alegatos de cierre de los días 25 y 26 de enero serán clave para determinar el futuro de los rugbiers. En primer lugar hablarán la fiscalía y el particular damnificado, mientras que para el jueves de la semana que viene está previsto que sea el turno de la defensa.
Luego de esa última jornada el tribunal pautará la fecha en la que se conocerá el veredicto, aunque inicialmente está previsto que eso ocurra el martes 31.
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