Alberto Fernández le reclamó a Mauricio Macri que no reconozca a Jeanine Añez como presidente interina de Bolivia
El presidente electo insistió que en ese país hubo un "golpe de Estado" y cuestionó a la Cancillería por no coincidir con esta calificación sobre la renuncia de Evo Morales.
Mauricio Macri no reconoció hasta el momento a la presidenta interina de Bolivia Jeanine Añez, que se autoproclamó en el cargo en una sesión legislativa sin quórum, pero Alberto Fernández espera que el mandatario se mantenga en esta posición.
"Espero que no la reconozca", dijo el presidente electo al salir de una reunión que se hizo en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) con representantes de movimientos sociales.
Con críticas al Gobierno por su postura en relación a la renuncia de Evo Morales, dijo que Cancillería "tuvo muchas dificultades para ver lo obvio, que en Bolivia hubo un golpe de Estado". En esta línea dijo que espera que el Gobierno "no reconozca" a Añez como presidenta interina de Bolivia. Recordó que en ese país el jefe del Ejército Williams Kaliman le pidió a Morales que abandone el poder y que además la policía llegó a amotinarse. "En cualquier lugar esto es un golpe, y el Gobierno es el único que no vio" esta situación, criticó, en diálogo con TN.
En estos momentos, el canciller Jorge Faurie analiza la asunción de Añez como presidenta provisional del Senado de Bolivia a partir de las acefalías por las renuncias de las autoridades del Ejecutivo y del Poder Legislativo. Desde Cancillería indicaron que es una "referencia de autoridad" por la crítica situación de "vacío institucional" que atraviesa el país vecino y afirmaron que para que sea designada y reconocida como presidenta provisional "es relevante el elemento de su ratificación por la Asamblea Legislativa". En concreto hasta el momento no la reconocerán como máxima autoridad interina de Bolivia, a diferencia de Estados Unidos y Brasil.
El Gobierno considera que en Bolivia no hubo un "golpe de Estado" ante la crisis institucional y el reclamo de sectores como las fuerzas de seguridad y la oposición para que Morales abandonara el poder, lo que finalmente sucedió. Esta posición choca con la del presidente electo, que el mismo domingo, a poco de la renuncia del presidente de Bolivia, no dudó en calificar la situación como "golpe de Estado".
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