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Alain Delon, "enfant terrible" y el hombre más bello del cine europeo
Como actor, productor y guionista su nombre apareció en más de 80 películas. Promocionó las peleas de Carlos Monzón en Francia y visitó más de diez veces la Argentina. Comía asados con Carlos Menem, almorzó con Mirtha Legrand y despertó incontables pasiones desde la década del 50.
Alain Delon pedía morir y lo logró este 18 de agosto. Había cumplido 88 años el 8 de noviembre pasado, su salud ya era terminal y se había manifestado a favor de la eutanasia, en sus últimos raptos de lucidez repetía que estaba cansado de vivir.
Si se mira para atrás, sus inmensos logros laborales entristecen aún más sus años finales, aquejada su salud y en medio de denuncias familiares: su resumen en el indica que actuó en 50 películas, produjo otras 26 y escribió 4 guiones cinematográficos.
Palma de Oro de Honor en Cannes (2019), Oso de Oro de Honor en el Festival de Berlín (1996), César al Mejor Actor (1985, Notre histoire), Comandante de la Orden Nacional del Mérito, reconocimientos en Locarno y numerosos festivales europeos, sex symbol durante 20 años, el actor fetiche del regisseur italiano Luchino Visconti, el heredero mundial de James Dean, empresario creador de perfumes, cinturones y relojes… la vida parecía sonreírle (y pagarle muy bien) al francés que adquirió la ciudadanía suiza desde 1999, por cuestiones impositivas.
Sin ser cantante, Alain Delon lograba además lo que parecía vedado para otros aún con mayor esfuerzo mediante: afinar dignamente en Laetitia, el hit de la película Los aventureros, al que luego siguieron Parole, Parole, Parole, con la egipcia-francesa Dalida; Je t’aime, con Brigitte Bardot; y ya en 1983 Thought I'd Ring You con la británica Shirley Basey, con la que ni siquiera cantaba sino sólo hablaba a cámara recordando una vieja historia de amor. Cantara o no, era Alain Delon .
Aunque en retrospectiva abruma por lo prolífica, Alain Delon ya vivía su propia carrera como algo del pasado, con presente demasiado flaco. Estaba cansado de vivir.
Alain Delon, "enfant terrible"
Había nacido en 1935 en Sceaux, Hauts De-Seine, la ciudad al sudoeste de Francia en donde Pierre y Marie Curie se casaron, vivieron y revolucionaron el mundo científico.
A tono con el linaje versallesco y el palacio icónico de su ciudad natal (todo Sceaux había pertenecido a Jean Baptiste Colbert, ministro de finanzas de Luis XIV) los padres de Delon, Fabien y Edith, lo bautizaron bajo el rito católico con cuatro nombres: Alain Fabien Maurice Marcel, pero se divorciaron cuando el niño tenía apenas cuatro años y aún no sabía escribir su nombre.
La madre lo dejó y un juez de menores lo entregó a una familia sustituta, que lo dejó en varias instituciones escolares para huérfanos. En todas dejó una foja de problemas de conducta hasta que, a los 14 años se sintió suficientemente grande para fugarse y reencontrarse con su madre. Se dijeron lo que se tenían que decir e hicieron las paces con el clásico pacto: “Si no vas a estudiar, tenés que trabajar”. Y fue empleado en la carnicería de su padrastro.
A Bernardo Neustadt le contó que toda su vida había sido de derecha y que si fuera argentino hubiera votado a Carlos Menem, con quien compartió varios asados y a quien acompañó a visitar la tumba de su hijo"
A los 17 años se enroló en la marina, se ofreció como paracaidista voluntario en la Guerra de Indochina y estuvo en combate. Al regresar a París, hacía changas en el mercado Les Halles (vendía pescado, repartía carne, etc) y “perdía el tiempo” por las terrazas del boulevard Saint-Germain-des-Prés, hizo lo mejor que podía hacer, amigos.
Alain Delon era paracaidista y combatió como voluntario en la Guerra de Indochina.
Entre ellos, el actor argelino Jean-Claude Brialy que había estudiado en el Conservatorio de Strassbourg, pero que por entonces sólo podía enumerar dos trabajos en su CV. Brialy le pidió que lo acompañara a Cannes para tirar línea en el famoso Festival.
A los 22 años era imposible pasar desapercibido con los ojos azules y la mirada desamparada de Alain Delon. Apenas pisó el costado de la alfombra roja, un buscador de talentos estadounidense le propuso viajar a Roma y participar de un casting que podría llevarlo a Hollywood con un contrato de seis meses.
La actriz Romy Schneider fue su primer gran amor entra las famosas; cuando él la dejó le partió el corazón.
Era tentador, pero otro cafecito en el boulevard Saint-Germain-des-Prés, volvió a cambiar la suerte de su amigo Jean-Cluade Brialy y, a la postre, la propia. El director Yves Allégret lo convenció de que su futuro estaría en el cine y le dio su primer papel: Quand la femme s'en mêle (Cuando se mete la mujer).
El éxito fue inmediato, no tanto por su presencia actoral –no tenía formación ni entrenamiento de cámaras- sino por su presencia, a secas: su belleza se imponía sobre cualquier defecto profesional.
La prensa comenzaba a hablar de él como “la versión masculina de Brigitte Bardot”, el heredero de Gérard Philipe”, el “nuevo Jean Marais” y el marketinero “enfant terrible” del cine europeo.
Alain Delon, el éxito y la fama mundial
Los éxitos se fueron encadenando: A Amoríos le siguió A pleno sol (René Clement, 1959), Rocco y sus hermanos (Luchino Visconti, 1960), El eclipse (Michelangelo Antonioni, 1962), El gatopardo (también de Visconti, 1963), El tulipán negro (Christian Jaque, 1964), Le samouraï, ( Jean-Pierre Melville, 1967) Adiós al amigo (1968), Borsalino (1970), Nuestra historia, (Bertrand Blier, 1984), etc.
Sus últimos trabajos fueron del 2008: como Julio César en la sátira Asterix y los Juegos Olímpicos y compartiendo el escenario con Anouk Aimée, en Cartas de amor.
Nathalie Delon fue la madre de su primer hijo; la dejó cuando conoció a Mireille Darc.
En 2019, cuando ingresaba al Festival de Cannes, para recibir la Palma de Oro por su trayectoria, un grupo de mujeres le gritó “misógino” y lo insultó por su apoyo a Jean-Marie Le Pen. Poco después tuvo un accidente cerebrovascular, pero se recuperó. En 2017, le habían practicado un bypass cardíaco y en 2013 le habían detectado arritmia.
En el 2020 prestó su voz para el doblaje del documental L'artiste de Gaulle y más tarde, su voz se apagó. Incluso ese año su hijo admitió que le había pedido que tramitara su eutanasia.
Alain Delon visitó Argentina entre los años 60 y 90
Alain Delón estuvo más de diez veces en Argentina. Nicolás “Pipo” Mancera lo trajo por primera vez en 1964 a su maratónico Sábados Circulares, visita que se repitió varias veces.
En 1974, Alain Delon, amante del boxeo, se asoció con Rodolfo Sabatini para promocionar el combate de Carlos Monzón con el cubano José “Mantequilla” Nápoles en París, un encuentro que a Delon le dejó mucho dinero, un cuento a Julio Cortazar (La Noche de Mantequilla) y un contacto a Susana Giménez, por entonces la novia del campeón argentino.
El mediodía del 5 de agosto de 1993, Alain Delon visitó imprevistamente a Monzón en el penal de Las Flores, en Santa Fe, y permaneció varias horas con él. Allí, el ex campeón de box cumplía una condena de 11 años por el femicidio de su esposa, Alicia Muñiz.
Dos años más tarde, en 1995 almorzó con Mirta Legrand y mostró otra faceta de su personalidad, ¡actor cómico!, al entrar y salir varias veces al aire, como si fuera un blooper, mientras Mirta intentaba entrevistarlo en francés.
A Bernardo Neustadt le contó que toda su vida había sido de derecha y que si fuera argentino hubiera votado a Carlos Menem, con quien compartió varios asados y a quien acompañó a visitar la tumba de su hijo.
Susana Giménez también pudo tenerlo en su living, en donde Carmen Yazalde, Patricia Sosa y Silvina Chediek lo bombardearon a preguntas. Allí, el actor francés contó que su hit Laetitia no estaba entre sus temas preferidos y que le gustaban “los clásicos”: Edith Piaf, Charles Trenet, Frank Sinatra y Carlos Gardel.
Alain Delon y los gangsters
Luego de una muy promocionada relación sentimental con la actriz austríaca Romy Schneider (1959-1963), la “Sissi” de la saga cinematográfica imperial -que ella terminó detestando-, se casó en 1964 con Nathalie Delon, con quien tuvo un hijo, Anthony Delon, muy parecido al padre, y también actor.
En 1968 se divorció de Nathalie Delon tras el crimen turbio de su guardaespaldas, un caso policial de abuso de drogas e incluso golpes en el que Delon quedó involucrado. La justicia francesa, sin embargo, no lo encontró culpable a pesar de que el mismo acusado había admitido sus vínculos con personalidades oscuras del hampa.
El asesinato del guardaespaldas de Nathalie Delon lo tuvo en las páginas policiales, su siguiente gran veta comercial.
Lejos de la condena social, para el público francés, Delon pasó a ser el actor ideal para interpretar hombres recios y duros y tener incluso mejores ganancias convirtiéndose en productor de sus propias películas. Fue entonces cuando el actor fundó la empresa Delbeau Productions y cortó con Nathalie Delon (ya había conocido a su próxima partenaire, Mireille Darc, que lo acompañaría en varias películas: Jeff, Madly, Borsalino, Jacques Deray, Los senos del hielo y Muerte de un corrupto.
Haciendo leña del árbol caído, Alain Delon inauguró su nueva productora con un ciclo de policiales, Círculo rojo, La viuda Couderc, Crónica negra, El zurdo y con estas obras se instaló una nueva pareja artística en las preferencias del público: Alain Delon-Jean Paul Belmondo, el lindo y el feo, infractores, pícaros, mujeriegos y a veces también criminales.
El más resonado trabajo de Delon-Belmondo fue Borsalino (1970) con el que Delon quiso probar suerte en Hollywood, sin buenos resultados. Con Paul Newman, Robert Redford y Warren Beatty, en el mercado estadounidense del gangsterismo ya no había más localidades. Delon estaba condenado a ser un producto del mercado europeo.
Delon en Suiza
En 1987, Delon terminó su historia con Mireille Darc, se casó con la modelo neerlandesa Rosalie Van Bremen y se fueron a vivir a Suiza. Se habían conocido durante el rodaje de un video clip: Comme au cinema. Sin embargo, la pareja se separó en 2002 y, como en todos los casos anteriores, la prensa comentó las infidelidades del francés.
Su hija Anouchka lo acompañó a varios eventos y festivales de cine.
Aún así, durante ese matrimonio nacieron dos de sus hijos hijos: los mellizos Anouchka y Alain-Fabien. Anouchka fue su dama de honor en varias presentaciones de Delon en eventos públicos. Con Alain-Fabien, su vínculo sacaba chispas. “Mi padre no me enseñó a amar, de hecho no creo que sea capaz de amar”, dijo el chico alguna vez.
Mientras tanto, un veinteañero apareció en escena, asegurando que era el cuarto presunto hijo de Alain Delon, Christian Aaron "Ari", Boulogne, fruto de un romance del año 1963 con la cantante alemana Nico, a quien Delon nunca mencionó entre sus hijos ni aceptó reconocer, pese al increíble parecido físico que los unía.
En los últimos años sintió que los suyos ya se habían ido.
Ari Boulogne, intentó dos veces, en 2001 y 2020 ser judicialmente reconocido como hijo de Alain Delon, pero su lucha quedará como un litigio post portem. Tenía 88 años, sus grandes amores y Jean Paul Belmondo, sin quererlo, ya lo habían dejado solo.
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