Al chef lo mataron de un puntazo; sospechan de alguien que lo conocía
Los primeros estudios forenses, revelaron que al chef sanjuanino Carlos Roberto Echegaray, lo mataron de un puntazo en la cabeza.
Los investigadores sospechan que el crimen lo pudo haber cometido un conocido de la víctima.
El reconocido chef, de 42 años, fue encontrado asesinado, maniatado y en estado de descomposición en la casa que habitaba solo en la capital de San Juan.
Se determinó que el cocinero tenía un puntazo en la cabeza y que esa habría sido la causa de su muerte.
La principal hipótesis que barajaba la Policía es que se trataría de un crimen cometido por algún conocido de la víctima, aunque no descartaban el robo.
Echegaray ganó premios a nivel internacional, era docente en la Universidad Católica y de un instituto y en los últimos años estuvo ligado a la preparación de las candidatas a Reina del Sol.
Ayer a las 17, la empleada doméstica llegó a la casa del cocinero ubicada en la calle Estados Unidos 326 Sur, entre Santa Fe y Mitre.
La última vez que la mujer había visto a Echegaray fue el mediodía del lunes pasado. Ayer, le resultó extraño que la puerta del frente estuviera cerrada, pero sin llave.
Fue entonces que entró y sintió un olor nauseabundo que no la dejó avanzar más. Ahí salió asustada y llamó al 911.
Cuando los policías entraron, hallaron a Echegaray sin vida y en estado de putrefacción en su dormitorio. Fuentes policiales y judiciales indicaron que el chef estaba tirado de costado a una orilla de su cama, ensangrentado y vestido solamente con una bermuda. Y que sus manos las tenía atadas hacia atrás con el cable de un velador.
Las fuentes indicaron que a simple vista a Echegaray no se le detectaron heridas de bala o cortopunzantes en su cuerpo debido al avanzado estado de descomposición. Pero anoche, el médico forense detectó en primera instancia que tenía una profunda herida de unos 3 centímetros detrás de su oreja derecha que habría sido provocada por un cuchillo o un objeto punzante de gran tamaño.
Para los pesquisas esa lesión es la que habría provocado la muerte al chef.
De todos modos, esperaban que se terminara la autopsia para establecer si realmente esa herida en el cráneo fue la que terminó con su vida.
Otro punto para nada menor es que en los muebles de la habitación y otros sectores de la casa habían sido revisados, como si alguien hubiera buscado dinero o alguna otra cosa de valor.
Aún hoy, no se sabía si faltaba algo o no de la vivienda. Adentro no encontraron la posible arma homicida.
Una cosa que llamó la atención es que ninguna puerta ni ventana de la casa estaba violentada. Eso hacía pensar a los pesquisas que el chef conocía y dejó ingresar al homicida. Por eso, la hipótesis que más cobraba fuerza ayer en la Policía es que quien mató a Echegaray pudo ser alguien que tenía algún vínculo sentimental con él.
Tras el hallazgo, el juez Maximiliano Blejman, a cargo del Cuarto Juzgado de Instrucción, el jefe de Policía Abel Hernández, el subjefe Luis Martínez y otros jefes policiales llegaron a la escena del crimen para coordinar la investigación.
Se determinó que el cocinero tenía un puntazo en la cabeza y que esa habría sido la causa de su muerte.
La principal hipótesis que barajaba la Policía es que se trataría de un crimen cometido por algún conocido de la víctima, aunque no descartaban el robo.
Echegaray ganó premios a nivel internacional, era docente en la Universidad Católica y de un instituto y en los últimos años estuvo ligado a la preparación de las candidatas a Reina del Sol.
Ayer a las 17, la empleada doméstica llegó a la casa del cocinero ubicada en la calle Estados Unidos 326 Sur, entre Santa Fe y Mitre.
La última vez que la mujer había visto a Echegaray fue el mediodía del lunes pasado. Ayer, le resultó extraño que la puerta del frente estuviera cerrada, pero sin llave.
Fue entonces que entró y sintió un olor nauseabundo que no la dejó avanzar más. Ahí salió asustada y llamó al 911.
Cuando los policías entraron, hallaron a Echegaray sin vida y en estado de putrefacción en su dormitorio. Fuentes policiales y judiciales indicaron que el chef estaba tirado de costado a una orilla de su cama, ensangrentado y vestido solamente con una bermuda. Y que sus manos las tenía atadas hacia atrás con el cable de un velador.
Las fuentes indicaron que a simple vista a Echegaray no se le detectaron heridas de bala o cortopunzantes en su cuerpo debido al avanzado estado de descomposición. Pero anoche, el médico forense detectó en primera instancia que tenía una profunda herida de unos 3 centímetros detrás de su oreja derecha que habría sido provocada por un cuchillo o un objeto punzante de gran tamaño.
Para los pesquisas esa lesión es la que habría provocado la muerte al chef.
De todos modos, esperaban que se terminara la autopsia para establecer si realmente esa herida en el cráneo fue la que terminó con su vida.
Otro punto para nada menor es que en los muebles de la habitación y otros sectores de la casa habían sido revisados, como si alguien hubiera buscado dinero o alguna otra cosa de valor.
Aún hoy, no se sabía si faltaba algo o no de la vivienda. Adentro no encontraron la posible arma homicida.
Una cosa que llamó la atención es que ninguna puerta ni ventana de la casa estaba violentada. Eso hacía pensar a los pesquisas que el chef conocía y dejó ingresar al homicida. Por eso, la hipótesis que más cobraba fuerza ayer en la Policía es que quien mató a Echegaray pudo ser alguien que tenía algún vínculo sentimental con él.
Tras el hallazgo, el juez Maximiliano Blejman, a cargo del Cuarto Juzgado de Instrucción, el jefe de Policía Abel Hernández, el subjefe Luis Martínez y otros jefes policiales llegaron a la escena del crimen para coordinar la investigación.