Ahora es Schoklender y varios más
*Por Ricardo Roa. Al final, saltó el infierno tan temido. Después de tres meses, Sergio Schoklender prendió el ventilador y salpicó en grande , con lo que afirma son pruebas, a funcionarios del Gobierno, Hebe de Bonafini y gobernadores.
Uno puede elegir en el escrito que presentó ante el fiscal antilavado Plee y en el juzgado de Oyarbide donde se lo investiga.
Para empezar, el Gobierno. Dice que la Fundación hizo aportes a las campañas de Cristina, Amado Boudou y Abel Fatala , el funcionario que desde el Ministerio de Planificación debía controlar los gastos en las obras adjudicadas a las Madres. Schoklender dice que llevó facturas que pagó por arriba de un millón y medio de pesos. Plata que recibía del Estado y que volvía al Gobierno para financiar la política .
Luego, la presidenta de las Madres. Según Schoklender, Bonafini abrió cuentas en un banco de España nada menos que por más de 2 millones de euros . En el revoleo, de distintas maneras entran los gobernadores Scioli, Capitanich y Zamora y también intendentes, la ministra Giorgi y Pablo Moyano.
Probablemente deprimido, aunque siempre frío, el ex apoderado de Bonafini debe saber por qué se decidió a cruzar el Rubicón.
Hay algo extraño en su conducta y eso no es nuevo. Pero parece descontrolado luego de que allanaran el colegio Jean Piaget, del que se hizo dueño y al que concurre su hijo . Hasta sus abogados lo abandonaron: ahora se defiende a sí mismo y volvió a usar el título de doctor que obtuvo en la cárcel.
Ni Bonafini ni el propio Schoklender han sido aún llamados a declarar. Pasaron las primarias y Oyarbide ya lleva seis prórrogas del secreto del sumario , un récord que bloquea el acceso al expediente. Y a conocer cómo está la investigación. Schoklender decidió no esperar hasta las presidenciales de octubre como seguro unos cuantos pretendían. Ahora el caso será Schoklender y varios más.