Ahora Alfonsín

En cambio, con un titular como éste, usted clava los frenos, engrana y se queda acá (si algo aprendí últimamente, es lo fácil que se engrana el kirchnerismo).

Por supuesto que esta página sigue alquilada para usted , tal como lo indica nuestro contrato que sigue vigente, por lo menos hasta octubre. Después discutiremos la renovación, ¿no? Eso sí, le pido que la indexación no la hagamos con los índices del INDEC porque me paso al campo popular de De Narváez en un minuto.

La situación es la siguiente: según las últimas encuestas, habríamos superado el 45% de intención de voto, y se calcula que podemos llegar al 70 u 80% . Nadie puede asegurar hoy, domingo 8 de mayo de 2011, que ya tengamos ese porcentaje. Pero si la oposición sigue haciendo más de lo mismo, vamos a alcanzarlo rápidamente. A más tardar, el jueves.

Ante la contundencia de los hechos, le ofrezco ampliar nuestro acuerdo y no sólo operar desde esta cabecera de playa que hemos conquistado, sino también asesorarla para asegurar y rematar la faena. Por ahora, la oposición no tiene muchas chances que digamos, pero no hay que descuidarse. Si mañana llega a aparecer Bin Laden desayunando en nuestro hotelito de El Calafate invitado por D’Elía, sonamos (vio que puse "hotelito", nada de hablar de palos verdes, fortunas, ni cosas raras, todo a favor, todo lindo ).

Por eso hay que estar alertas. La oposición va a intentar hacer cualquier cosa. Ya se juntaron con De Narváez. ¿Se acuerda cuando el límite era Macri? Va a ver qué fácil se corren los límites. Bah, igual que nosotros, que pasamos de Filmus y Tomada, a Saadi y Menem sin ningún problema . Igual, no es lo mismo. Lo de ellos es "bolsa de gatos" y lo nuestro es " transversalidad ".

Estoy seguro de que nuestra estrategia con el radicalismo será agitar el viejo fantasma d e que ellos no pueden gobernar y que los peronistas, tarde o temprano, los corremos. Tal vez sean muchos los que votarían a Alfonsín, pero temen que después aparezcan un montón de tipos con una repentina e incontrolable necesidad de ir al supermercado a llevarse todo lo que encuentran sin pasar por las cajas . Meter miedo, como estrategia no está mal, pero tiene sus riesgos. Los tiempos cambian y en cualquier momento Duhalde, de puro contrera nomás, puede salir a garantizar la gobernabilidad y mandar a su bastión sindical Barrionuevo a rectificar su histórica frase por otra, del tipo: "Tenemos que dejar de saquear los supermercados por lo menos por 2 años..." .

Ellos van a tratar de agregar un vice que les aporte mayor solidez (Binner o Lavagna, o algún otro maldito oligarca del campo enemigo). Nosotros no necesitamos a nadie, con usted alcanza y sobra . Pero por esos caprichos de la Constitución tenemos que elegir uno, al menos para cumplir con la formalidad. Después lo guardamos en la baulera como hicimos con Scioli.

De todos modos, no podemos pifiar en la elección. Algunos hablan de Abal Medina. Un buen cuadro, pero sirve para convencer a un segmento que ya está convencido. Otra opción sería Recalde, ficha que con tanta ternura reclama Moyano. Sirve para calmar al león por un rato, pero al día siguiente del triunfo tendríamos un asesino serial suelto en la Rosada . Otra alternativa podría ser buscar uno con fuerte militancia antiimperialista, tipo Timerman. Aunque sospecho que al Compañero Canciller las convicciones antiimperialistas se le terminan cuando sale el nuevo iPad .

Ahora se habla de Alicia Kirchner. Con todo cariño por la ministra, ni se le ocurra Jefa . Imagínese que usted está en una reunión del G20, sentada entre Obama y Sarkozy. Y antes de arrancar la reunión, mientras toman un Campari y pican unas aceitunas, Sarkozy le pregunta a Obama: "Che Barack... ¿A quién dejaste en la Casa Blanca?" "A Joe Biden" , le contesta.

"¿Y usted señora?" "A mi cuñada" ... Nooo, no va. Otra vez, los mismos bananeros de siempre . El que está en banda es Menem. Yo sé que no es lo ideal, pero a muchos que hoy están en el calorcito oficialista les va a gustar.

Dicen que siempre se vuelve al primer amor .

Finalmente Compañera Jefa, ya me avivé que, después de su cálido recuerdo sobre mi viejo Tato, los muchachos, como parte de la estrategia, están tratando de demostrar que, si viviera, sería kirchnerista . A mí, como muestra de lealtad al modelo superador, me encantaría ofrendarles la peluca . Pero hay un problemita: es verdad que el viejo hizo (hicimos) cosas muy divertidas sobre la deuda, el desguace del Estado , la destrucción de la industria nacional, las jubilaciones y tantas otras cosas que su gobierno ha mejorado. Pero también Tato habló toda su vida sobre la inflación, la destrucción de la moneda, la inseguridad, los trenes, la manipulación de los medios oficiales , la corrupción, las presiones a la Justicia, l os ataques al disenso , y ni le cuento todo lo que dijo sobre las voluntades hegemónicas, el pacto de Olivos y la reforma constitucional que se hizo para permitir la reelección de Menem. Todas materias en las que el kirchnerismo anda flojito y necesitaría clases particulares para no llevárselas a marzo . ¿O no estamos hoy mismo, por ejemplo, apoyando el delirio eternizante de Gioja en San Juan o maquinando, en alguna cabecita loca, una nueva reforma para después de 201 1? Mejor dejemos al viejo allá arriba, en el merecido pedestal que ocupa en la historia argentina, y nosotros tratemos de hacer, acá abajo, un país lo más parecido a lo que él durante tantos años propuso .

Ahora hay que terminar de juntar los votos. Tenemos tiempo. Ya veremos qué más podemos hacer para que en octubre, como dice la falange propagandística oficial, d emos la batalla contra el enemigo, lo derrotemos y festejemos nosotros , los únicos que pertenecemos al campo popular (mientras en el campo popular s e coma rico y haya buenas minas , cuenten conmigo). Me encanta esta moderna semántica militar. A propósito, ¿ Rico sigue estando de nuestro lado ? Ojo con todos los piantavotos que andan dando vuelta porque, en teoría, ya la tenemos ganada. Pero con ustedes nunca se sabe. Perdón, quise decir con nosotros. A veces, de la emoción, se me escapa la tortuga . Digo, la tortuga nacional y popular, por supuesto.