Aguas termales y energía geotérmica
De acuerdo con los estudios, Mendoza cuenta con numerosas fuentes termales. Algunas de ellas están siendo explotadas, como en el caso de Cacheuta o Los Molles y se discute sobre las posibilidades de otras. Pero también resulta interesante establecer las posibilidades para la explotación de energía geotérmica.
Mendoza cuenta con 136 fuentes termales, de las cuales sólo dos son aprovechadas con la infraestructura correspondiente. Mientras, el Gobierno decidió declarar reservas geotérmicas a 14 áreas, ubicadas en distintos departamentos, con el objetivo de que en un futuro puedan ser aprovechadas para producir energía alternativa.
En el primero de los casos, el de la utilización como fuente termal, sólo dos, las de Cacheuta y Los Molles, continúan trabajando, aunque sin la afluencia de público que supieron tener y surgieron diferencias respecto de las posibilidades que brindan las restantes en razón de que muchas de ellas cuentan con pocas posibilidades de recuperación. Más aún, algunas, como las denominadas T-19 y T-10, en la zona de Tupungato, se encuentran contaminadas con productos derivados de la actividad petrolera.
Además, en esos casos específicos se trabaja sobre un relevamiento realizado hace más de 30 años, con lo que están también desactualizadas las posibilidades de explotación.
Respecto de la utilización como energía geotérmica, el Gobierno decidió declarar a 14 áreas como reservas, con el objetivo a largo plazo de explorar posibles fuentes alternativas de energía. En total suman 100 mil hectáreas, la mayoría ubicadas en la zona oeste, las que están siendo analizadas a los efectos de realizar las licitaciones correspondientes, para que luego el sector privado pueda hacer las exploraciones y definir blancos de trabajo específico.
Esas reservas corresponden a sitios donde se han detectado aguas termales, como es el caso de Cacheuta, San Rafael, Malargüe, el Valle de Uco, Las Heras y Lavalle.
También los lugares donde hay volcanes pueden ser fuentes posibles de energía y, en ese sentido, debe recordarse que La Payunia, en Malargüe, es uno de los campos volcánicos más vastos de América del Sur, con un promedio de 10,6 volcanes por cada 100 kilómetros cuadrados y 800 conos contados.
A nivel internacional la energía geotérmica es utilizada con excelentes resultados en Islandia y en Filipinas, aunque en otros países, como sucedió en Inglaterra, los proyectos que se implementaron fueron dejados de lado por resultar económicamente inviables.
En nuestro país, a través del decreto 2818, de diciembre de 1992, se aprobó la estructura de la Secretaría de Minería, en la que se establece la Dirección Nacional del Servicio Geológico. Es ésta la encargada de realizar los estudios de las áreas geotérmicas y los socioeconómicos de la región de influencia. De sus resultados se establecen las posibilidades de factibilidad o viabilidad económica.
El proyecto más avanzado, ya en etapa de desarrollo, se encuentra en Neuquén, en las cercanías del volcán Copahue, mientras hay estudios sobre las posibilidades de explotación en Salta, Jujuy, San Juan, Tierra del Fuego y Bahía Blanca, en Buenos Aires.
La información nacional no hace alusión a las posibilidades que se brindan en áreas mendocinas, pero no resulta inapropiado que el Gobierno provincial comience por resguardar las áreas para iniciar los estudios de factibilidad. Porque conocer más acabadamente lo que sucede con las aguas termales no sólo serviría para la provisión de energía sino también para la explotación turística, dos aspectos que pueden llegar a brindar importantes beneficios económicos.