Adabel Guerrero: "Mi novio me reclama sexo"
La vedette de "Excitante" Adabel Guerrero confesó que, lejos de ser una bomba sexual, llega tan cansada del teatro que su novio se queja porque siempre se queda dormida a la hora de tener relaciones íntimas.
Desde que explotó en los medios, la vida de Adabel Guerrero se hizo pública a tal punto que su noviazgo con Martín Lamela se conoció desde su inicio mismo y Marcelo Tinelli iba actualizando con ella en "ShowMatch" día a día la forma en que avanzaba.
"La gente no sabe cómo es la vida del artista, pero hay que decir que es muy sacrificada porque se pierde la vida privada. Si no estás encerrado adentro de tu casa y con la cortina baja, no tenés intimidad, y eso ya es muy difícil de soportar. Después, sucede que lo que no querés que se haga público, sí o sí lo termina sabiendo todo el mundo. Y nos dedicamos las veinticuatro horas del día a la profesión: si no es una nota, es un ensayo, un evento, el teatro, y todo se vuelve estresante. Hay veces que siento que no tengo vida propia. Y me pasa que cuando estoy por salir al escenario, me planteo por qué no me pongo una verdulería, de los nervios en el estómago que siento. Todo el tiempo tengo un estrés que hay que aprender a manejarlo. De hecho, estoy yendo al psicólogo para manejarlo. Pero también es complicado relajarse porque uno llega a un punto que es difícil sostenerlo. Cada escalón que subís tiene sus pro y sus contras. Mi próxima quintita es cantar, y estoy preparándome para eso porque cambiar es parte de no estancarse".
Con respecto a su futuro junto con su novio Martín, le contó a la revista Papparazzi lo siguiente:
"Hace dos años y medio que estamos juntos, pero vamos cambiando, conociendo cosas nuevas. Charlamos todo el tiempo de lo que nos gusta y de lo que no. Ya le dije que me voy a casar con él cuando vea que es perfecto. ¿Viste que la gente se casa y después se recaga a puteadas? ¡Yo le pedí hacer al revés! Primero tenemos que seguir viviendo juntos, creciendo, y después nos casamos. Ese momento tiene que suceder cuando sepamos que uno está hecho para el otro. Si hay algo que no nos gusta se habla, o grita, pero siempre llegamos a un acuerdo. La convivencia no es fácil, y mi vida tampoco, porque siempre tengo poco tiempo".
Ya en confianza, sorprende con una revelación inquietante:
"Llego cansada y Martín me reclama sexo cuando yo me quiero ir a dormir. Y aprovecho para recordarle que tiene que ir al gimnasio. Y muchas veces terminamos discutiendo por eso. Pero estoy feliz de haber encontrado una persona pata y completa. Me pasó de salir con gente que se te adosa porque no tienen su propia vida y lo terminás sufriendo, porque se transforman en una pesadilla".