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Acusado de un crimen lleva 16 años sin juicio

Son dos los acusados del asesinato de Ricardo Ospital, sin embargo, supieron montar las estrategias adecuadas para que la Justicia ni siquiera los cite a declarar. Aún habiendo transcurrido el tiempo suficiente para el esclarecimiento del caso: 16 años.

Ricardo Ospital fue secuestrado y asesinado en 1994. Por el crimen, se procesó a Marcelo López y su padre, el coronel Norberto Hugo López.

Sin embargo, a pesar de todas las pruebas en su contra, desde hace 16 años que estos hombres eluden a la Justicia. De hecho, Norberto cumplió los 80 años, por lo que, de tener pena sería domiciliaria, sin duda alguna.

En tanto, la mujer de Roberto, Norma de 72, sigue siendo víctima del dolor y el desprecio de las autoridades que permanecen inmutables ante el hecho de que, incluso, la mujer se haya hecho cargo de su familia en soledad sustentándose con los ingresos de un local de cerámicos.

El caso de Ospital, se aloja en un sumario penoso: Mil fojas lo conforman. Entre ellas figuran las pruebas y los testimonios más contundentes y, sin embargo, el caso permanece impune desde hace 16 años.

La familia de la víctima, en tanto, aguarda por que la Justicia siente en el banquillo a uno de los dos acusados del caso: el teniente primero del Ejército Marcelo López (50) quién, por medio de recursos judiciales consiguió suspender, posponer y cancelar la instancia en reiteradas oportunidades.

Del mismo modo, el militar, consiguió que prescribiesen gran parte de los delitos que se le imputaban. Los procesados, cayeron en junio de 1994, es decir casi inmediatamente de cometido el hecho. Sin ir más lejos, en noviembre del 96´, el coronel fue condenado a prisión perpetua.

Esto no es nada, el imputado culminó ese mismo año confesandose culpable del crimen, pero, a su vez, pidiendo que se exima de cargos a su hijo y argumentando padecer cáncer por lo que desde entonces vive en el barrio de Belgrano y Marcelo, su hijo, no fue juzgado con él si no que se consiguió que tenga un juicio aparte, juicio que pospuso y detuvo mediante amparos.

“Toda la estrategia la armó su abogado de entonces, Federico Domínguez, quien después renunció a la defensa para asumir como juez en la Cámara de Casación bonaerense, donde sigue actualmente”, cuenta la vida de Ospital que además agrega que: “Aunque parezca increíble, lo que siguió fue así: en noviembre de 1997, los abogados de Marcelo López hicieron el planteo de cosa juzgada y desde entonces el caso se la pasó dando vueltas entre la Cámara de Lomas de Zamora, la Cámara de Casación bonaerense y la Corte provincial”.

Así, Norma relata paso a paso el “después” del crimen que es tan penoso como la falta de su pareja, pero, además y sumándose al dolor, relata que en una oportunidad: “Estábamos comiendo con unos amigos y lo vi: un hombre igual al coronel. Estaba tan segura que le pedí a mis amigos que le sacaran una foto. Después miré mejor y no era. No sentí miedo, pero sí bronca, mucha bronca”, dice poniendo como ejemplo una situación de las que vive a diario apesadumbrada por la impunidad.