Abuso sexual en un hospital de la Ciudad
Todo perfectamente explicado y diagnosticado por funcionarios, que cobran generosos e importantes salarios y que muestran una solvencia enorme en lo teórico, pero en la práctica son incompetentes.
El viernes, una joven denunció haber sido abusada sexualmente en uno de los baños del Hospital Fernández. Por ese hecho fue detenido poco después un sospechoso. Sus iniciales son O.F.M., de 29 años, en situación de calle y con antecedentes penales.
La víctima es empleada del Hospital Fernández, tiene 23 años, denuncio que el atacante la abordó mientras se encontraba en el tercer piso del hospital, la amenazó con una arma blanca, la retuvo a la fuerza en el interior de un baño y abusó de ella. Se creía que el malviviente había huido a la carrera del lugar, mientras la víctima, contactó al personal de seguridad privada del edificio, que la acompañó a la guardia y alertó a la Policía de la Ciudad.
Todo esto sucedió en un hospital que depende del Gobierno de la Ciudad, en pleno barrio de Palermo. Lo más increíble resulta ser que en el perímetro de ese establecimiento, vive mucha gente en la calle, que entran al hospital a usar los baños y cuando la seguridad privada se descuida (cosa muy habitual) es común encontrar a estas personas durmiendo en escaleras y hasta en las camas del servicio de guardia.
Lo más llamativo resulta ser la aprehensión del “sexópata”, el personal policial registró todo el edificio, ante la posibilidad de que el sospechoso todavía estuviera allí escondido. Pero lo más raro, resulta ser que el delincuente nunca se fue del lugar, y fue reconocido por la víctima. Incluso tenía en su poder la tijera con la que había amenazado a la víctima.
Por redes sociales, el jefe de Gobierno, Jorge Macri, aprovechó el momento para insistir en el proyecto de Ley de Reiterancia: “Es la herramienta para que estos delincuentes estén donde tienen que estar: presos. Ni en la calle ni refugiados en las ranchadas. En la Ciudad tenemos que poder salir tranquilos a la calle y disfrutar del espacio público seguro y ordenado”.
“El abusador, para completar el combo, cuenta con frondosos antecedentes y es concurrente de las ranchadas de nuestra de las calles, ahora está en manos de la Justicia”, dijo el secretario de Seguridad porteño, Diego Kravetz, tras la detención. En el mismo sentido, el ministro de Seguridad de la Ciudad, Waldo Wolff, exigió “que la Justicia actúe con todo el peso de la ley”.
Todo perfectamente explicado y diagnosticado por funcionarios, que cobran generosos e importantes salarios y que muestran una solvencia enorme en lo teórico, pero en la práctica son incompetentes. Siempre se quejan que justicia suelta a los delincuentes, protestan pero nunca denuncian a los jueces de las mal llamadas puertas giratorias (las cuales nunca encontré). El día jueves concurrí al Hospital Vélez Sarsfield y el personal de seguridad privada, mientras chatean con el celular, tomando mate o café, hacen cualquier cosa menos vigilar y cuidar, tanto a los pacientes, como a los médicos que allí trabajan. Será hora de preguntarnos quien será el dueño de tan mal servicio de VIGILANCIA PRIVADA, que no sea cuestión que descubramos un lindo kiosco…
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