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Abuso de Twitter erosiona imagen del canciller argentino, según analistas

El intenso y combativo uso de las redes sociales por parte del canciller argentino, Héctor Timerman, con especial énfasis en atacar a la oposición y a la prensa crítica pero también para opinar sobre temas de Estado, erosiona su imagen como ministro de Exteriores, según analistas.

Desde que asumió como responsable de la diplomacia argentina, el pasado junio, su cuenta de Twitter, en la que suma más de 44.500 seguidores, se ha convertido en su canal de comunicación habitual, hasta el punto de que se ha ganado el apodo de "Twitterman" en círculos periodísticos.

Reacio al contacto directo con la prensa, el canciller, que presume de no tener portavoz, utiliza la popular red social para difundir su agenda oficial, pero también para opinar sin filtro sobre política nacional e internacional.

Twitter se ha convertido en su arma de fuego para apuntar contra la oposición y los medios de comunicación críticos con el Gobierno, y, sobre todo, contra el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, enfrentado con el Ejecutivo de Cristina Fernández, dejando de lado la "diplomacia" que se espera de los ministros de Exteriores.

Aunque en los últimos meses había reducido su actividad tuitera por un "toque de atención" después de que se aventurara a anunciar la candidatura presidencial de Cristina Fernández, en los últimos días ha retomado su costumbre con controvertidos comentarios que han provocado peticiones de renuncia por parte de la oposición.

Timerman abrió la polémica al denunciar que la Policía Metropolitana de Buenos Aires se forma en cursos de "técnicas represoras" en escuelas financiadas por Estados Unidos, país al que atacó porque considera que de esta forma interfiere en la "soberanía" argentina.

Aunque el ministro de Seguridad de Buenos Aires, Ricardo Casal, aseguró que la Policía Federal también ha asistido al criticado curso, el canciller no se retractó y continuó repartiendo críticas en las que cuestionó además la actitud de "ciertas potencias" sobre la crisis de Egipto.

"¿Cuándo descubrieron las potencias que Egipto necesitaba más democracia? Argentina nunca ensalzó a (el presidente del país árabe, Hosni) Mubarak como hicieron ciertas potencias y ahora no necesita mostrar que vio la luz democrática en Egipto. Argentina nunca le vendió armas a Egipto y no tiene por qué tratar de reinventar la historia", escribió el sábado.

Además, no escatimó los insultos más duros en la red contra un conocido publicista argentino durante un fin de semana en el que se especula que ha cumplido reposo médico por un problema de salud -desmentido por Timerman- que ha motivado la suspensión de un viaje oficial a Colombia y México.

"Indudablemente, la actitud del canciller refleja la manera más irresponsable de utilizar las redes sociales en relación con la investidura pública", opinó el experto en comunicación política Jorge Arias, director de la consultora Polilat.

"Cuando alguien empieza a perder autoridad con este tipo de expresiones inevitablemente termina escuchándosele como se hace habitualmente a las personas a las que no se presta crédito a lo que dicen", explicó Arias a Efe.

No obstante, descartó que esta actitud "llegue a dañar las relaciones institucionales de la Argentina", porque "precisamente por el descrédito hacia la persona, nadie podría pensar con seriedad que esa es la opinión del pueblo argentino".

Carla Majdalani, del Centro Argentino de Estudios Internacionales, coincide en que este uso "bastante intenso" de la red social "no es aconsejable" por el deterioro de la imagen del canciller, pero no cree que afecte directamente a las relaciones exteriores de Argentina.

Timerman ha aparecido en varias encuestas como uno de los políticos del mundo que más utiliza Twitter. En Argentina, ha desbancado al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, también asiduo a esta red social, pero algo más comedido en sus intervenciones.