A veces, el amor no alcanza
El amor es fundamental para estar en pareja, pero ¿es suficiente?
Por Mariana Vaccaro
@vaccaromariana
Cualquiera que haya estado en pareja por un tiempo sabe que tener a alguien con quien compartir es muy lindo, pero no es fácil.
En todas las relaciones hay roces por distintos motivos, es más, cuando hay una pareja que siempre está bien y no admiten que tuvieron ni una pequeña discusión ya es sospechoso.
Mis hipótesis al respecto son dos: es un despliegue ficcional armado para los conocidos y para la cámara que mostrará a la eterna feliz pareja en una seguidilla de fotos románticas que publican para los miles de "amigos" de Facebook, o bien la personalidad de uno termina imponiéndose siempre a la del otro: a dónde salir, quién contesta siempre por los dos, a donde ir de vacaciones, entre otras cosas, que muchas veces se delegan para evitar el conflicto.
Por ello es preferible que haya alguna que otra diferencia siempre que sea negociable. Sentarse a hablar y aclarar cuáles son las opiniones de uno y de otro resulta los más útil. Se suelen ceder en alguna que otra pretensión para poder seguir adelante con la relación.
Sin embargo, puede suceder que a pesar de que se hable de las molestias de ambos no se llega a resultados distintos. Después de tocar ciertos temas como el trabajo, la familia, los hijos, la política, entre otros muchos tópicos donde puede haber disidencias, en algunos casos, las discusiones se enfrían, todo parecer haber vuelto a la calma pero el conflicto sigue latente.
Será cuestión de tiempo para que vuelva a salir a la vista la misma cuestión sin resolver, en lugar de avanzar parece que se camina en círculos que llevan siempre a tropezar con el mismo obstáculo.
"¿Y entonces qué hago si yo l@ quiero? A veces el amor no alcanza. Una frase que cuando a uno más le molesta o le "pica" es porque más se aplica a su situación...
Más vale llenarse de energía, ser valientes y aceptar que se está buscando algo que no existe si es que se pretende que el otro cambie para que las cosas mejoren. Dejemos atrás el penoso "efecto liana" que te lleva por la vida amarrándote a uno y a otro con tal de no estar solo. Con los pies en la tierra, y no volando como Tarzán, se puede elegir a conciencia la personalidad del compañero de vida.