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"A Toto y a Juan cada día les enseño a ser libres"

*Por Kary López. Instalada en la ciudad cordobesa, donde protagoniza la versión teatral de "Cuando Harry conoció a Sally", la actriz habló de su experiencia como mamá y de su presente.

"Para la edad que tiene, 'Toto' es re protector y Juan es muy celoso, le cuesta compartirá su mamá y a su papá, por ser más chiquito". Cuando no realiza funciones, Florencia descansa en la casa del barrio privado que la alojará hasta el mes de marzo.
Allí, la rutina con sus hijos es no tener horarios estrictos.
Les gusta salir de paseo al río y visitar a los padres de "Flor", que viven en Tanti.

Sentados sobre el césped, madre e hijos observan el atardecer que en las sierras cordobesas resulta aun más bello.

Muy bien custodiada por sus hombrecitos, Tomás (8) y Juan (3), Florencia Peña (37) confiesa estar contenta con su experiencia en Carlos Paz, donde protagoniza junto a Raúl Taibo la comedia "Cuando Harry conoció a Sally", en el teatro Del Lago, con producción de Javier Faroni.

"Estamos haciendo una obra que propone algo distinto y sale del formato de lo que, en general, se da acá. Es una buena manera de conservar un espacio, para que los actores no perdamos una plaza tan rica del verano como es Carlos Paz, y está bien que sea más ecléctica", asegura la actriz, a quien le tocó interpretar en vivo y en directo aquella célebre escena inmortalizada por una Meg Ryan que finge un orgasmo en voz alta, frente a la atónita mirada de su coprotagonista.

"Me encanta hacer esa parte porque me divierto mucho y el público también. Yo había hecho 'Monólogos de la vagina', donde me había tocado el monólogo de los orgasmos y, como interpretaba diez orgasmos diferentes, entonces estaba canchera. Recuerdo que estaba embarazada de 'Toto'. Pero viste como soy yo, a mí esas cosas no me cuestan nada. Siempre trato de encontrar la dificultad al goce, me gusta superar mi propia marca", cuenta Florencia mientras disfruta de la agradable vista al parque que tiene la casa que ocupa en un barrio privado de la villa. Allí, la rutina con sus hijos es sin horarios estrictos, manteniendo la complicidad que hay entre los tres.

"Con dos funciones los fines de semana, el descanso para mí llega los lunes y martes, cuando aprovecho para llevar a los chicos al río. Siempre trato de tener un plan, porque si no para ellos se vuelve muy estático. Mis viejos viven en Tanti, así que ir a visitar a los abuelos también es una salida que disfrutamos los tres", se sincera Peña, una madre, según su propia definición, a la que no le gusta consentir caprichos.

"No soy una mamá sobreprotectora y tampoco me gusta malcriar. Los cuido mucho, pero nunca estoy pensando que les va a pasar algo. Soy muy libre y cada día les enseño a mis hijos a ser libres. En mi casa, por ejemplo, se come cuando se tiene hambre. Siempre digo, y es lo que practico como mamá, que los hijos deben tener libertad pero, al mismo tiempo, entender las consecuencias de sus actos. Si un día 'Toto' no quiere hacer la tarea, yo le digo: 'Está bien, no la hagas'. Pero al otro día, luego de ir al colegio, cumple su tarea porque ya sabe lo que pasa si no la hace: se siente avergonzado. Todo tiene sus consecuencias y cuando uno elige algo, tiene que hacerse cargo. Pienso que eso les da mucha autocrítica, y está bueno. Mariano y yo somos muy parecidos en ese punto y, por ende, se lo trasladamos a nuestro hijos", confiesa Florencia al hablar del músico de jazz Mariano Otero (35), quien por estas semanas recorre el país con una de sus giras.

—¿Qué temperamentos ha descubierto en sus hijos?

—Los chicos son de temperamentos opuestos, muy diferentes.

Juan, el más chiquito, es extravertido, un libriano que saca todo hacia afuera, muy gracioso y musical. Por el contrario, "Toto", por la edad que tiene, y es un pisciano mucho más retraído, sensible, tímido, reprotector y observador que su hermano. Juan es muy celoso, y le cuesta compartir a su mamá y a su papá, por ser más chiquito. Pero lo más lindo que tienen es su sensibilidad, el hecho de poder ver al otro. "Toto" está por cumplir 9 años, y en la escuela me suelen decir que es muy buen compañero, siempre atento a si los demás necesitan algo. Asisten a la Escuela del Sol, donde se priorizan las relaciones, que es lo que a mí más me interesa como mamá, más que la situación académica, porque eso es algo que ellos decidirán cuando sepan qué quieren ser en la vida.

Mis hijos profundizarán en lo que quieran, pero hoy lo que más me importa es que ellos puedan trabajar el hecho de poner acción el deseo de ser buena gente y poder relacionarse con los demás desde un lugar de igualdad. Está en nosotros poder darles a nuestros hijos esas herramientas, para que puedan hacer del mundo un lugar mejor. Con Mariano nos ocupamos mucho de trasmitirles estos conceptos tan importantes.

—¿Siendo usted actriz y Mariano músico, observa ya una herencia artística en sus hijos?

—"Toto" toca la trompeta y Juan va a "Risas de la Tierra", un jardín de infantes musical. Los dos son musicales y actores. Son hijos de padres muy apasionados de sus elecciones. Mariano ama la música y yo la actuación. Pero siempre soltamos y luego veremos cuál será su elección.

—En 2011 varias veces desmintió estar separada de Mariano Otero, su esposo. ¿Cómo transitan hoy su relación?

—La instancia en que estamos con Mariano es de amor mutuo. Y quiero dejarlo ahí porque quizá no todos comprenden todo lo que vive una pareja. Hoy puedo decir que sentimos un profundo amor y que en eso estamos, con diez años de pareja y dos hijos hermosos a los que amamos.