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¿A qué olía Buenos Aires?

Un extraño olor se apoderó ayer de la ciudad. Defensa Civil, el Consejo Provincial de Emergencias Ambientales y demás organismos trabajan para determinar el origen de la sustancia.

Todo estaba previsto para un fin de semana calmo y agradable en la Ciudad de Buenos Aires, pero a la pesada humedad y neblina se le sumó un fuerte olor a ácido, o pis de gato, como le describen los vecino, cuya procedencia aún no se puede determinar.

El nauseabundo olor afectó de sur a norte la ciudad, barrios como Barracas, La Boca, San Telmo, Recoleta, Belgrano y Nuñez expresaron su bronca en las redes sociales.

Las autoridades ambientales recibieron denuncias desde la madrugada del sábado  y aún continúan investigando qué fue lo que pasó para que la ciudad oliera así.

Una de las hipótesis es que hubo un escape de amoníaco y la presión atmosférica y el clima hicieron que en lugar de esparcirse y diluirse rápidamente, se quedara en el ambiente durante varias horas.

Otra teoría que se hizo muy fuerte durante la jornada de ayer, fue que se debía a un escape de amoníaco en el Polo Petroquímico de Dock Sud, partido de Avellaneda. Sin embargo, gente de Defensa Civil de la provincia sostiene que no se recibieron ninguna denuncia desde Dock Sud sobre ningún escape ni nada al respecto.

Luciano Timerman, coordinador del Consejo Provincial de Emergencias Ambientales describió la sustancia: "Tiene un olor característico como de pis de gato, similar al amoníaco, o al ácido sulfúrico" pero no pudo especificar de qué se trataba.

También el Organismo  para el Desarrollo Sostenible, Espacio Público y la dirección de emergencias ecológicas intentaron trabajar en conjunto para clasificar la sustancia.

Luego Timerman aclaró que las condiciones climáticas dificultaron la investigación para conocer la procedencia de la sustancia: "No se puede confirmar que haya sucedido en el Polo Petroquímico de Dock Sud por los movimientos del viento".

Por ahora no se han recibido consultas referentes al tema en ningún hospital, por lo que se descarta la toxicidad de la sustancia.

Sólo resta esperar que el ácido se diluya en el aire, aunque el clima no ayude.