A pesar de la prohibición, la gente sigue fumando en los boliches
La Alianza Libre de Humo afirma que en las discos es el lugar donde menos se cumple la ley nacional. Los empresarios dicen que no pueden evitarlo. ¿Cómo se soluciona?
Los boliches son el lugar donde más se fuma. A seis meses de la entrada en vigencia de la ley nacional de control del tabaco, organizaciones antitabaco y empresarios coinciden en que es el ámbito en que menos se cumple la prohibición de fumar .
Marita Pizarro, coordinadora nacional de la Alianza Libre de Humo de Tabaco (ALIAR), remarca que los boliches son el lugar donde menos se cumple la ley que garantiza ambientes 100% libre de humo, y que esto ocurre en todo el país. En Capital o el Interior, los adolescentes prenden sus cigarrillos en cualquier momento y los apagan sólo cuando se les terminan. Según un estudio realizado por la entidad, los boliches de Argentina superan la concentración de 400 micropartículas de tabaco por metro cuadrado, mientras que la Organización Mundial de la Salud pone el límite en 50.
Para el titular de la Cámara de Empresarios de Discotecas y Entretenimientos de Buenos Aires (CEDEBA), Jorge Beco, la ley es prácticamente imposible de cumplir porque "no se puede controlar a los cientos de chicos que noche a noche salen a divertirse". Así, muchas veces ir a bailar implica hacerlo bajo una espesa nube de humo, que se suma a las altas temperaturas. "No se puede ni respirar", se queja Alejandro (22), aunque es fumador, un sábado a la noche en Lost, un boliche de Palermo.
"El Facha", encargado de la seguridad de un local en Costa Salguero, afirma que los patovicas muchas veces intentan no discutir con la persona que está fumando, ya que puede ser el inicio de una pelea : "Muchas veces los chicos están alcoholizados, y si les decís que tienen que apagar el cigarrillo, te contestan de muy mala manera".
Encuestas realizadas con motivo de la aprobación de la ley señalan que hay un alto porcentaje de gente a favor de la restricción de fumar. E incluso muchos fumadores reconocen algunas ventajas del cambio de la cultura fumadora. Florencia Murphy (22) fuma desde hace siete años. En la pista de Caix, dice que le molesta que le impidan fumar cuando sale a bailar, pero le parece una medida correcta. "Es verdad que los que más lo sufren son los que no fuman, los fumadores pasivos", concede. Mientras tanto, a falta de reglamentación, controles y de un cambio cultural, el humo sigue presente donde no está permitido fumar.
Marita Pizarro, coordinadora nacional de la Alianza Libre de Humo de Tabaco (ALIAR), remarca que los boliches son el lugar donde menos se cumple la ley que garantiza ambientes 100% libre de humo, y que esto ocurre en todo el país. En Capital o el Interior, los adolescentes prenden sus cigarrillos en cualquier momento y los apagan sólo cuando se les terminan. Según un estudio realizado por la entidad, los boliches de Argentina superan la concentración de 400 micropartículas de tabaco por metro cuadrado, mientras que la Organización Mundial de la Salud pone el límite en 50.
Para el titular de la Cámara de Empresarios de Discotecas y Entretenimientos de Buenos Aires (CEDEBA), Jorge Beco, la ley es prácticamente imposible de cumplir porque "no se puede controlar a los cientos de chicos que noche a noche salen a divertirse". Así, muchas veces ir a bailar implica hacerlo bajo una espesa nube de humo, que se suma a las altas temperaturas. "No se puede ni respirar", se queja Alejandro (22), aunque es fumador, un sábado a la noche en Lost, un boliche de Palermo.
"El Facha", encargado de la seguridad de un local en Costa Salguero, afirma que los patovicas muchas veces intentan no discutir con la persona que está fumando, ya que puede ser el inicio de una pelea : "Muchas veces los chicos están alcoholizados, y si les decís que tienen que apagar el cigarrillo, te contestan de muy mala manera".
Encuestas realizadas con motivo de la aprobación de la ley señalan que hay un alto porcentaje de gente a favor de la restricción de fumar. E incluso muchos fumadores reconocen algunas ventajas del cambio de la cultura fumadora. Florencia Murphy (22) fuma desde hace siete años. En la pista de Caix, dice que le molesta que le impidan fumar cuando sale a bailar, pero le parece una medida correcta. "Es verdad que los que más lo sufren son los que no fuman, los fumadores pasivos", concede. Mientras tanto, a falta de reglamentación, controles y de un cambio cultural, el humo sigue presente donde no está permitido fumar.