"A Mauricio lo acompaño en todas sus decisiones"

Pensé que iba a ser distinto, pero vivimos todo con mucha tranquilidad", dice pensativa Juliana Awada (37), mujer del jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Son las primeras elecciones que le toca afrontar junto a su marido, Mauricio Macri (52), que busca su segundo mandato.

Después de un sábado distendido en la quinta de Los Nogales, en Villa de Mayo, la diseñadora y empresaria fue a votar. Llegó a las 12:40 a la escuela Adolfo van Gelderen -en Palermo-, luciendo su pancita de 6 meses. La pareja espera a Antonia, que nacerá a mediados de octubre.

Juliana ya tiene a Valentina (8), fruto de su relación con el empresario belga Bruno Barbier, y Mauricio tiene a Agustina (29), Jimena (24) y Francisco (22), de su primer matrimonio con Ivonne Bordeu.

"Nunca imaginé que me iba a enamorar de un hombre dedicado a la política. Pero cuanto más conozco a Mauricio más admiración siento por él. Tranquilamente podría dedicarse a otra cosa, tener más tiempo para viajar y hacer lo que quiera, pero se comprometió con un proyecto y pone toda su energía y sus ganas, y eso me llena de orgullo Mauricio se merece ganar porque se preocupa por los vecinos y su mayor deseo es hacer cosas para que la gente tenga una mejor calidad de vida", dijo Awada a GENTE. Cumplido su deber cívico fue al encuentro de su marido, que la esperaba en el Tenis Club Argentino para almorzar. El clima fue distendido.

Mauricio aprovechó para jugar un poco al tenis y, ni bien llegó Juliana, abrió su notebook para mostrarle el video del indignado hincha de River que circula por la web. "El Taño Pasman es un maestro. ¡Cómo me hizo reír!", le comentó, compinche, el candidato a su mujer. Cerca de las tres de la tarde partieron rumbo a su casa; de ahí, al bunker del PRO, para festejar el triunfo al ritmo del tema Arde la ciudad, de La Mancha de Rolando. "El estaba muy emocionado y contento. No paramos de recibir llamados y mensajes de felicitación". ¿Qué opinó sobre el animado baile de su marido? "Si a él le divierte y le gusta, yo soy feliz. Me dijo que me tendría que haber quedado más tiemfx) en el escenario, pero estaban todos muy eufóricos y a los saltos y tenía miedo de que me golpearan, así que subí, lo abracé, le di un beso y me volvía bajar", relata.

Su lunes fue como de costumbre, entre su trabajo, las idas y vueltas con su hija al colegio, clases de gimnasia, un curso de cocina y los preparativos para la mudanza, a fin de año, a un piso en Libertador y Cavia. Es que con la llegada de la nueva integrante de la familia el departamento les quedará chico.

"La gente por la calle me para y me felicita por él -cuenta Awada-. Vale la pena todo el esfuerzo que hace.

Igual sé que esto tiene un tiempo; es un período de unos años, no algo para siempre". i ¿Y la candidatura para el 2015, de la que ya se está hablando?! "El domingo ganó por una diferencia muy grande, pero hay que esperar, porque aún falta ta segunda vuelta. Si Dios quiere, ganará.

Yo soy positiva y, viendo los resultados, me imagino que así será, pero no es momento de pensar en el 2015. Aunque por supuesto que lo voy a acompañar en talas las decisiones que él tome".