A la prensa no se la toca
Antes que nada quiero aclarar que no importa si la marcha es "K" o "Anti K". De una forma u otra, a la prensa no se la agrede.
Por Luciano Frangi
@lucianofrangi
Tras las multitudinarias marchas de protesta contra el actual gobierno nacional, tanto en la del 8 de Noviembre de 2012, como también la del reciente 18 de Abril, se conocieron agresiones físicas hacia determinados sectores de la prensa.
Toda agresión al periodismo es un episodio cobarde, ya que la persona que sostiene un micrófono, un cable, una cámara de fotos o una filmadora está trabajando. ¿Se entiende? Como cuando uno carga una camioneta en un depósito o cuando uno maneja un remis o un taxi, o cuando uno se sienta a ingresar datos a una computadora. ¡Está trabajando!
El 8-N fue golpeado cobardemente el movilero Néstor Dib, como también todo el equipo del programa de la TV Pública 678. En la marcha denominada 18-A, los periodistas que sufrieron la violencia de gente irracional fueron María Belén López del Río y el camarógrafo Santiago Ventura de la agencia de noticias Télam, así como la periodista Cynthia García de la TV Pública y el grupo de periodistas de Duro de domar y de C5N, que recibieron golpes de puño y patadas cuando cayeron al suelo. Algunos medios del Interior, Diario Uno de Mendoza, como otros de Córdoba, también sufrieron los agravios verbales y físicos de los que ignoran a la coherencia.
Millones de personas se manifestaron libremente y las que provocaron las agresiones y los desmanes habrán sido menos del 1 por ciento. Esto nos da la pauta de que son menos los violentos sin razón. Pero recordemos que sin prensa, nadie se enteraría de nada. Ni de hechos de corrupción, ni de accidentes de tránsito, ni del servicio meterológico, ni de nada. Nos tienen que cuidar, ya que somos el puente que une a la sociedad con los hechos de interés general.