A días de la elección porteña la campaña sigue fría, como el tiempo
El gélido invierno porteño parece haber contagiado o freezado la campaña electoral en la Ciudad de Buenos Aires, que está en la recta final hacia la decisión ciudadana del próximo domingo.
Nunca como antes se vivió en esta ciudad una campaña tan desmotivada, carente de propuestas, y sobre todo, distante para la gente que parece no haberse involucrado de lleno en la misma. Es más, la Defensoría del Pueblo porteño acaba de dar a conocer un informe que marca que la elección de comuneros, una institución inédita en la ciudad, que se desarrollará también el próximo domingo, tiene un desconocimiento del 80% en la población. Es un dato preocupante y que involucra, por un lado, al Gobierno de la Ciudad, que no quiso o se olvidó de informar debidamente a la población sobre estos nuevos representantes que tendrán las 15 comunas porteñas para descentralizar el gobierno porteño. Y por otro lado, demuestra una grado alto de indiferencia por parte de la población, no sólo hacia los procesos electorales, sino también a conocer e informarse sobre estos nuevos representantes que tendrá en su comuna.
Observadores políticos también vienen alertando sobre el voto en blanco, que viene creciendo en las últimas elecciones, y que en las concretadas durante este año, se ha ubicado con un porcentaje alto respecto a la media histórica.
Encima de todo, algunos políticos ya proponen directamente, y otros en voz baja, suspender las elecciones primarias obligatorias previstas por ley para el 14 de agosto de este año.
Si bien es cierto que carecen de sentido porque el espíritu de las mismas, como ocurre y se practica en la Provincia de Santa Fe, es que sirvan para que los ciudadanos voten las fórmulas que después llevan los partidos políticos a la elección; sería una mala señal esa suspensión porque no estarían permitiendo que, al menos, la población acompañe o vete con su voto fórmulas que en muchos casos, o en la mayoría, han sido elegidas a dedo. Y aquí radica el principal miedo de la dirigencia política frente a esta gran encuesta nacional en que podrían convertirse estas primarias.
¿Qué sucedería con alguna fórmula presidencial, encabezada por algunos notables, que no lleguen al 10% de los votos de la gente? Se deberían bajar automáticamente de la contienda electoral con vistas a octubre porque la gente ya los estaría rechazando. Y nadie quiere pasar por ese filtro. O al menos, un alto porcentaje de la dirigencia política.
Si bien se estima que es difícil que el oficialismo acceda a este pedido, que ya han hecho público algunos legisladores, y que debería votar el parlamento nacional, nada está descartado. Ya hay un antecedente de eliminación de las elecciones de este tipo en el año 2002.
La dirigencia política de la Argentina, que muchas veces se jacta de someterse a la voluntad popular, le escapa al voto de la gente, que últimamente maduró mucho y que sabe con su elección ordenar lo que los políticos no hacen.
Referido a la campaña porteña se espera que para el ballotage tome incremento.
El PRO viene realizando una campaña donde evitan levantar olas, que todo fluya, evitar los debates y los cruces que incomoden al Jefe de Gobierno porteño que busca y se encamina a triunfar en esta primera vuelta pero que, las encuestas anticipan, no le servirá para evitar el ballotage. Es llamativo en el PRO la poca participación que le están dando al primer candidato a legislador porteño, Sergio Bergman. Es que a poco de la elección, el propio Macri se habría arrepentido de ese nombramiento que le abrió nuevo frentes internos, que se sumaron los ya abiertos tras su decisión de bajarse de la nacional para venir a la ciudad. Para muestra basta un botón y muchos se preguntan donde está Gabriela Michetti, otrora estrella mediática del PRO que no ha aparecido en esta campaña. Se sabe que la diputada se alejó voluntariamente de la ciudad por algunos días y que no participó, producto de su enojo por el maltrato recibido durante su frustrada candidatura a Jefa de Gobierno que Macri abortó.
En el Frente para la Victoria hay voces que muestran su disconformidad con la campaña planteada por Daniel Filmus, y algunos hasta se animan a preguntarse en voz alta, si al gobierno le interesa ganar la ciudad o dejar todo como está.
Y se preguntan, ¿cómo es posible que con la alta aceptación que la Presidenta tiene en la ciudad no se haya involucrado más en la campaña porteña? Por cierto, hay una cuestión institucional -la Presidenta les ha dicho a sus íntimos que no se olviden que es la Presidente de todos.
No obstante, se indica que Cristina Kirchner bajará a la ciudad durante el ballotage, y que los cambios en la seguridad en el sur de la ciudad tiene también el propósito de apuntalar la campaña porteña.
Observadores políticos también vienen alertando sobre el voto en blanco, que viene creciendo en las últimas elecciones, y que en las concretadas durante este año, se ha ubicado con un porcentaje alto respecto a la media histórica.
Encima de todo, algunos políticos ya proponen directamente, y otros en voz baja, suspender las elecciones primarias obligatorias previstas por ley para el 14 de agosto de este año.
Si bien es cierto que carecen de sentido porque el espíritu de las mismas, como ocurre y se practica en la Provincia de Santa Fe, es que sirvan para que los ciudadanos voten las fórmulas que después llevan los partidos políticos a la elección; sería una mala señal esa suspensión porque no estarían permitiendo que, al menos, la población acompañe o vete con su voto fórmulas que en muchos casos, o en la mayoría, han sido elegidas a dedo. Y aquí radica el principal miedo de la dirigencia política frente a esta gran encuesta nacional en que podrían convertirse estas primarias.
¿Qué sucedería con alguna fórmula presidencial, encabezada por algunos notables, que no lleguen al 10% de los votos de la gente? Se deberían bajar automáticamente de la contienda electoral con vistas a octubre porque la gente ya los estaría rechazando. Y nadie quiere pasar por ese filtro. O al menos, un alto porcentaje de la dirigencia política.
Si bien se estima que es difícil que el oficialismo acceda a este pedido, que ya han hecho público algunos legisladores, y que debería votar el parlamento nacional, nada está descartado. Ya hay un antecedente de eliminación de las elecciones de este tipo en el año 2002.
La dirigencia política de la Argentina, que muchas veces se jacta de someterse a la voluntad popular, le escapa al voto de la gente, que últimamente maduró mucho y que sabe con su elección ordenar lo que los políticos no hacen.
Referido a la campaña porteña se espera que para el ballotage tome incremento.
El PRO viene realizando una campaña donde evitan levantar olas, que todo fluya, evitar los debates y los cruces que incomoden al Jefe de Gobierno porteño que busca y se encamina a triunfar en esta primera vuelta pero que, las encuestas anticipan, no le servirá para evitar el ballotage. Es llamativo en el PRO la poca participación que le están dando al primer candidato a legislador porteño, Sergio Bergman. Es que a poco de la elección, el propio Macri se habría arrepentido de ese nombramiento que le abrió nuevo frentes internos, que se sumaron los ya abiertos tras su decisión de bajarse de la nacional para venir a la ciudad. Para muestra basta un botón y muchos se preguntan donde está Gabriela Michetti, otrora estrella mediática del PRO que no ha aparecido en esta campaña. Se sabe que la diputada se alejó voluntariamente de la ciudad por algunos días y que no participó, producto de su enojo por el maltrato recibido durante su frustrada candidatura a Jefa de Gobierno que Macri abortó.
En el Frente para la Victoria hay voces que muestran su disconformidad con la campaña planteada por Daniel Filmus, y algunos hasta se animan a preguntarse en voz alta, si al gobierno le interesa ganar la ciudad o dejar todo como está.
Y se preguntan, ¿cómo es posible que con la alta aceptación que la Presidenta tiene en la ciudad no se haya involucrado más en la campaña porteña? Por cierto, hay una cuestión institucional -la Presidenta les ha dicho a sus íntimos que no se olviden que es la Presidente de todos.
No obstante, se indica que Cristina Kirchner bajará a la ciudad durante el ballotage, y que los cambios en la seguridad en el sur de la ciudad tiene también el propósito de apuntalar la campaña porteña.