72 horas de sufrimiento por infidelidad
Una mujer indígena de Colombia fue castigada a 72 horas en el cepo por mantener una relación amorosa con un joven y a tener que pagarle a su marido por haber sido infiel y abandonar a sus seis hijos.
Una mujer, identificada como Alfreda Blanco Basilio, de 34 años, fue llevada al cepo durante 72 horas, al igual que un joven de 18 años de edad, identificado como Luis Martínez, con quien ella le fue infiel a su marido, el alguacil Óscar Pineda Blanco.
El delito de infidelidad por el cual fueron castigados los dos indígenas, tuvo su origen en una historia amorosa cuando la mujer después de vivir 18 años con el aguacil, decidió irse de su hogar para vivir con Luis, muy allegado al hogar.
Óscar Pineda argumentó que se dio cuenta de la infidelidad de su mujer por los cambios que tuvo últimamente.
"Ya no me acariciaba como antes y todo lo mío le molestaba, pero no sospeché que era con el compañero Luis", le dijo a un medio local.
El afectado agregó que su matrimonio que parecía sólido, después de varios años de comprensión y unión todo cambió cuando de un tiempo para acá aparecieron las discusiones, las peleas, los disgustos y los malos tratos, que terminaron en infidelidad y abandono de hogar. El acongojado hombre narró que "hace 15 días se fue con su nuevo amor y me dejó con los seis hijos que tuvimos, entre ellos una niña de solo tres años".
Según la autoridad indígena, la mujer le venía siendo infiel a su esposo desde hacía varios meses. Pero no solo la mujer y su amante fueron castigados, ya que Pineda Blanco también sintió la justicia indígena de la comunidad asentada en el corregimiento de Achiote, ya que el alguacil al descubrir la infidelidad, agredió físicamente a la que por años fue su pareja.
De ahí que acató las leyes de su comunidad, y por ello fue encerrado en el calabozo durante 72 horas, y al cabo del cumplimiento de dicho castigo se oficializó por las partes el rompimiento del hogar o como se conoce en el mundo civilizado, el divorcio.
Lo que más le dolió a Pineda Blanco fue que su mujer haya abandonado sus hijos, motivo suficiente para que él los hubiera denunciado ante la Comisaría de Familia, pero la ella le respondió pasándole por enfrente a su nuevo amor, lo que no le gustó y desencadenó en una reacción violenta contra ella.
"Yo sentía que se me partía el alma cuando ella me paseaba a su novio por enfrente, por eso yo la golpee para que aprendiera la lección y que esto sirviera de ejemplo para otras mujeres de la comunidad", expresó Pineda Blanco a periodistas de la región.
Después del mencionado castigo, las autoridades indígenas acordaron imponerle a Alfreda Blanco Basilio el pago de 100 mil pesos mensuales a Pineda Blanco para el sustento de los niños.
Asimismo, la autoridad indígena dejó en firme una caución de 5 millones de pesos, dinero que deberá pagar Alfreda Blanco Basilio o en su defecto Óscar Pineda Blanco, si alguno llega a agredir al otro.
De la misma manera la sentencia también le prohíbe a Alfreda acercarse más a su ex marido y en caso de hacerlo debería pagar una multa de 5 millones de pesos, según lo explicó Manuel Salón, capitán menor del cabildo.
Tanto la mujer como su nuevo compañero sentimental deben pagar, además, varias horas de trabajo comunitario que en la mayoría de las veces consiste en arreglar los caminos, las cercas, cavar pozos, limpiar los sembrados, entre otras actividades.
Durante las 72 horas que permaneció la pareja atrapada por el cepo, era Óscar Pineda quien se pasaba por el frente de los dos para recordarles que "así se paga la burla al honor de un hombre". Los castigados solo se miraban entre sí, según publica El Heraldo.
El delito de infidelidad por el cual fueron castigados los dos indígenas, tuvo su origen en una historia amorosa cuando la mujer después de vivir 18 años con el aguacil, decidió irse de su hogar para vivir con Luis, muy allegado al hogar.
Óscar Pineda argumentó que se dio cuenta de la infidelidad de su mujer por los cambios que tuvo últimamente.
"Ya no me acariciaba como antes y todo lo mío le molestaba, pero no sospeché que era con el compañero Luis", le dijo a un medio local.
El afectado agregó que su matrimonio que parecía sólido, después de varios años de comprensión y unión todo cambió cuando de un tiempo para acá aparecieron las discusiones, las peleas, los disgustos y los malos tratos, que terminaron en infidelidad y abandono de hogar. El acongojado hombre narró que "hace 15 días se fue con su nuevo amor y me dejó con los seis hijos que tuvimos, entre ellos una niña de solo tres años".
Según la autoridad indígena, la mujer le venía siendo infiel a su esposo desde hacía varios meses. Pero no solo la mujer y su amante fueron castigados, ya que Pineda Blanco también sintió la justicia indígena de la comunidad asentada en el corregimiento de Achiote, ya que el alguacil al descubrir la infidelidad, agredió físicamente a la que por años fue su pareja.
De ahí que acató las leyes de su comunidad, y por ello fue encerrado en el calabozo durante 72 horas, y al cabo del cumplimiento de dicho castigo se oficializó por las partes el rompimiento del hogar o como se conoce en el mundo civilizado, el divorcio.
Lo que más le dolió a Pineda Blanco fue que su mujer haya abandonado sus hijos, motivo suficiente para que él los hubiera denunciado ante la Comisaría de Familia, pero la ella le respondió pasándole por enfrente a su nuevo amor, lo que no le gustó y desencadenó en una reacción violenta contra ella.
"Yo sentía que se me partía el alma cuando ella me paseaba a su novio por enfrente, por eso yo la golpee para que aprendiera la lección y que esto sirviera de ejemplo para otras mujeres de la comunidad", expresó Pineda Blanco a periodistas de la región.
Después del mencionado castigo, las autoridades indígenas acordaron imponerle a Alfreda Blanco Basilio el pago de 100 mil pesos mensuales a Pineda Blanco para el sustento de los niños.
Asimismo, la autoridad indígena dejó en firme una caución de 5 millones de pesos, dinero que deberá pagar Alfreda Blanco Basilio o en su defecto Óscar Pineda Blanco, si alguno llega a agredir al otro.
De la misma manera la sentencia también le prohíbe a Alfreda acercarse más a su ex marido y en caso de hacerlo debería pagar una multa de 5 millones de pesos, según lo explicó Manuel Salón, capitán menor del cabildo.
Tanto la mujer como su nuevo compañero sentimental deben pagar, además, varias horas de trabajo comunitario que en la mayoría de las veces consiste en arreglar los caminos, las cercas, cavar pozos, limpiar los sembrados, entre otras actividades.
Durante las 72 horas que permaneció la pareja atrapada por el cepo, era Óscar Pineda quien se pasaba por el frente de los dos para recordarles que "así se paga la burla al honor de un hombre". Los castigados solo se miraban entre sí, según publica El Heraldo.