Amador dijo que dormía cuando asesinaron a Marianela
Francisco Amador López, el ex novio de Marianela Rago Zapata, que estuvo preso por el crimen, presentó como coartada ante la Justicia haber salido con otra chica durante la madrugada del hecho y estar durmiendo en su casa en el horario en el que la joven estudiante fueguina era asesinada.
Francisco Amador López, el ex novio de Marianela Rago Zapata, que estuvo preso por el crimen, presentó como coartada ante la Justicia haber salido con otra chica durante la madrugada del hecho y estar durmiendo en su casa en el horario en el que la joven estudiante fueguina era asesinada.
En su descargo ante el juez Rodolfo Cresseri, Amador detalló paso a paso qué hizo durante la noche y la madrugada en la que Marianela fue asesinada.
El imputado explicó que el sábado 26 de junio pasó todo el día en su domicilio hasta la 1 de la madrugada del domingo 27, cuando se fue a buscar a un bar de Palermo a una amiga de nombre "Agostina".
"Luego de pedir una cerveza la esperé en la puerta y alrededor de las 4 la dejé en la casa de una amiga por la avenida Honorio Pueyrredón, luego caminé solo varias cuadras y tomé un taxi en dirección a su casa, donde llegé a las 6", dijo el imputado en el expediente.
Si bien el imputado dijo a las 6, el testigo clave de su coartada es el portero de su edificio de avenida Corrientes 4548, quien avaló sus dichos pero dijo que lo vio llegar a las 7:10, horario en el que Marianela aún estaba con vida en el boliche "El Bárvaro", de Anchorena y Cabrera.
Amador dijo que "se acostó a dormir hasta veinte minutos antes que comenzara el partido entre Argentina y México" por el Mundial, que se inició a las 15:30 de aquel domingo 27.
El imputado aseguró que "vio el partido solo y permaneció todo el domingo en su casa, acomodó su cuarto y lavó ropa, aunque con dificultad porque el lavarropas perdía agua". Amador reconoció que ese domingo llamó "a Marianela, antes o después del partido", pero ella "no lo atendió".
Según cuenta en la causa, "el lunes 28 llegó a su trabajo en la empresa IBM de Martínez a las 9 y que al salir, alrededor de las 19:10, se dirigió hacia la casa de Marianela, ya que por la tarde había hablado en forma telefónica con (...), una amiga de ésta, quien estaba preocupada porque Marianela no atendía el teléfono".
El joven dijo que "ello lo preocupó, por lo que luego de intentar en reiteradas oportunidades comunicarse a su celular sin respuesta, se acercó hasta el domicilio de Marianela, tocó el timbre del portero y le solicitó que se acercara al departamento para ver si estaba, pero éste se negó".
El sospechoso contó que "luego llegó el hermano de Marianela y se dirigió al departamento, que volvió a tocar el timbre, éste lo atendió y le dijo que su hermana estaba muerta".
Durante su descargo, Amador negó que haya habido violencia en la relación que tuvo con Marianela, pero admitió discusiones y celos.
Dijo que "durante el noviazgo eran dependientes el uno del otro, que un mes antes de finalizar la relación tuvieron discusiones fuertes, verbales pero no físicas y el motivo de la ruptura fueron los celos".
En su indagatoria, Amador también se preocupó por darle una explicación a la sangre encontrada en las ropas.
Señaló que le secuestraron "una toalla que tenía sangre de su nariz, por la sinusitis crónica que padece, un pantalón de corderoy, que fue uno de los que intentó lavar sin éxito y una remera blanca que estaba manchada y percudida, mientras que la sangre hallada en la puerta del baño de su domicilio pertenecía a su hermana".
Además, aclaró que "el cuchillo de mango blanco secuestrado era propiedad de su hermana y el otro era de uso cotidiano de la casa".
En su descargo ante el juez Rodolfo Cresseri, Amador detalló paso a paso qué hizo durante la noche y la madrugada en la que Marianela fue asesinada.
El imputado explicó que el sábado 26 de junio pasó todo el día en su domicilio hasta la 1 de la madrugada del domingo 27, cuando se fue a buscar a un bar de Palermo a una amiga de nombre "Agostina".
"Luego de pedir una cerveza la esperé en la puerta y alrededor de las 4 la dejé en la casa de una amiga por la avenida Honorio Pueyrredón, luego caminé solo varias cuadras y tomé un taxi en dirección a su casa, donde llegé a las 6", dijo el imputado en el expediente.
Si bien el imputado dijo a las 6, el testigo clave de su coartada es el portero de su edificio de avenida Corrientes 4548, quien avaló sus dichos pero dijo que lo vio llegar a las 7:10, horario en el que Marianela aún estaba con vida en el boliche "El Bárvaro", de Anchorena y Cabrera.
Amador dijo que "se acostó a dormir hasta veinte minutos antes que comenzara el partido entre Argentina y México" por el Mundial, que se inició a las 15:30 de aquel domingo 27.
El imputado aseguró que "vio el partido solo y permaneció todo el domingo en su casa, acomodó su cuarto y lavó ropa, aunque con dificultad porque el lavarropas perdía agua". Amador reconoció que ese domingo llamó "a Marianela, antes o después del partido", pero ella "no lo atendió".
Según cuenta en la causa, "el lunes 28 llegó a su trabajo en la empresa IBM de Martínez a las 9 y que al salir, alrededor de las 19:10, se dirigió hacia la casa de Marianela, ya que por la tarde había hablado en forma telefónica con (...), una amiga de ésta, quien estaba preocupada porque Marianela no atendía el teléfono".
El joven dijo que "ello lo preocupó, por lo que luego de intentar en reiteradas oportunidades comunicarse a su celular sin respuesta, se acercó hasta el domicilio de Marianela, tocó el timbre del portero y le solicitó que se acercara al departamento para ver si estaba, pero éste se negó".
El sospechoso contó que "luego llegó el hermano de Marianela y se dirigió al departamento, que volvió a tocar el timbre, éste lo atendió y le dijo que su hermana estaba muerta".
Durante su descargo, Amador negó que haya habido violencia en la relación que tuvo con Marianela, pero admitió discusiones y celos.
Dijo que "durante el noviazgo eran dependientes el uno del otro, que un mes antes de finalizar la relación tuvieron discusiones fuertes, verbales pero no físicas y el motivo de la ruptura fueron los celos".
En su indagatoria, Amador también se preocupó por darle una explicación a la sangre encontrada en las ropas.
Señaló que le secuestraron "una toalla que tenía sangre de su nariz, por la sinusitis crónica que padece, un pantalón de corderoy, que fue uno de los que intentó lavar sin éxito y una remera blanca que estaba manchada y percudida, mientras que la sangre hallada en la puerta del baño de su domicilio pertenecía a su hermana".
Además, aclaró que "el cuchillo de mango blanco secuestrado era propiedad de su hermana y el otro era de uso cotidiano de la casa".