300 millones en ropa
Textiles prevén invertir 300 millones de dólares este año,acercándose a los registros de 2008.
El proceso de desarrollo de inversiones de la cadena de valor de la industria textil y de indumentaria de la Argentina alcanzará los 304 millones de dólares durante 2010, según estimaciones de la Fundación Pro Tejer.
Esta cifra surge de contabilizar los registros de las inversiones realizadas durante el primer semestre del año y los proyectos activos de ampliación de la capacidad productiva. argumentó la entidad. De este modo, los registros se ubicarán prácticamente en los mismos niveles de 2008, segundo año de mayor inversión del período 2002-2010.
Sólo los niveles estarían por debajo de lo invertido en 2007, cuando desembolsó casi 400 millones de dólares para la importación y puesta en marcha de la tecnología incorporada.
"En efecto, se puede observar que la evolución anual de las importaciones de bienes de capital (principal base estadística de los registros de inversión), destinadas a la ampliación y modernización productiva de la cadena de valor de la agro industria textil y de indumentaria nacional, está en pleno recupero de sus niveles máximos", destacó el presidente de Pro Tejer, Pedro Bergaglio.
En cuanto a las importaciones de bienes de capital, partes y accesorios textiles, contabilizadas en el primer semestre de 2010, el estudio detalló que crecieron 85 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. En ese lapso, las compras externas totales de maquinaria para la cadena de valor alcanzaron los 92 millones de dólares.
Esta cifra, al considerarse los costos de nacionalización, de infraestructura y de puesta en marcha de la maquinaría adquirida, implica una inversión total en tecnología productiva de 546,5 millones de pesos sólo en los primeros seis meses de 2010.
De acuerdo con la Encuesta Cualitativa de la Fundación, estos desembolsos, en general, se realizan a través del empleo de recursos propios. Según el último relevamiento realizado en abril pasado, las instituciones bancarias sólo explicaban el 25 por ciento de las fuentes de financiamiento de las empresas textiles. Las inversiones de la cadena han aumentado en todos sus eslabones, particularmente los mayores incrementos en el primer semestre de 2010 respecto de igual lapso de 2009 se dieron en los sectores de tintorería y hilandería, con subas de 215 y de 189 por ciento, respectivamente.
Para Pro Tejer, el dinamismo de la inversión ha tenido su correlato en la recuperación de la actividad productiva de la cadena de valor, que comenzó en septiembre del año pasado y se mantiene en un nivel promedio de crecimiento del 24 por ciento en el primer semestre de 2010 respecto de igual período de 2009.
Como resultado de la ampliación de la capacidad productiva a través de las inversiones realizadas y del mayor nivel de actividad, el 38,5 por ciento de las empresas de la cadena de valor incrementaron su dotación de personal.
En tanto que sólo el 8,3 por ciento disminuyo su plantilla, de acuerdo con la Encuesta Cualitativa Trimestral realizada por la Fundación Pro Tejer en abril pasado.
De este modo, la Fundación Pro Tejer estimó que casi medio millón de personas están empleadas directamente a través de la cadena de valor.
Esta cifra surge de contabilizar los registros de las inversiones realizadas durante el primer semestre del año y los proyectos activos de ampliación de la capacidad productiva. argumentó la entidad. De este modo, los registros se ubicarán prácticamente en los mismos niveles de 2008, segundo año de mayor inversión del período 2002-2010.
Sólo los niveles estarían por debajo de lo invertido en 2007, cuando desembolsó casi 400 millones de dólares para la importación y puesta en marcha de la tecnología incorporada.
"En efecto, se puede observar que la evolución anual de las importaciones de bienes de capital (principal base estadística de los registros de inversión), destinadas a la ampliación y modernización productiva de la cadena de valor de la agro industria textil y de indumentaria nacional, está en pleno recupero de sus niveles máximos", destacó el presidente de Pro Tejer, Pedro Bergaglio.
En cuanto a las importaciones de bienes de capital, partes y accesorios textiles, contabilizadas en el primer semestre de 2010, el estudio detalló que crecieron 85 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. En ese lapso, las compras externas totales de maquinaria para la cadena de valor alcanzaron los 92 millones de dólares.
Esta cifra, al considerarse los costos de nacionalización, de infraestructura y de puesta en marcha de la maquinaría adquirida, implica una inversión total en tecnología productiva de 546,5 millones de pesos sólo en los primeros seis meses de 2010.
De acuerdo con la Encuesta Cualitativa de la Fundación, estos desembolsos, en general, se realizan a través del empleo de recursos propios. Según el último relevamiento realizado en abril pasado, las instituciones bancarias sólo explicaban el 25 por ciento de las fuentes de financiamiento de las empresas textiles. Las inversiones de la cadena han aumentado en todos sus eslabones, particularmente los mayores incrementos en el primer semestre de 2010 respecto de igual lapso de 2009 se dieron en los sectores de tintorería y hilandería, con subas de 215 y de 189 por ciento, respectivamente.
Para Pro Tejer, el dinamismo de la inversión ha tenido su correlato en la recuperación de la actividad productiva de la cadena de valor, que comenzó en septiembre del año pasado y se mantiene en un nivel promedio de crecimiento del 24 por ciento en el primer semestre de 2010 respecto de igual período de 2009.
Como resultado de la ampliación de la capacidad productiva a través de las inversiones realizadas y del mayor nivel de actividad, el 38,5 por ciento de las empresas de la cadena de valor incrementaron su dotación de personal.
En tanto que sólo el 8,3 por ciento disminuyo su plantilla, de acuerdo con la Encuesta Cualitativa Trimestral realizada por la Fundación Pro Tejer en abril pasado.
De este modo, la Fundación Pro Tejer estimó que casi medio millón de personas están empleadas directamente a través de la cadena de valor.