DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

25 años de la tragedia de LAPA: los traumas superados de la sobreviviente que todavía se aferra a un miedo

El 31 de agosto de 1999 un avión de LAPA intentó despegar, se estrelló contra un terraplén en Punta Carrasco y dejó 65 muertos. Marisa Beiró sufrió quemaduras en el 65 por ciento de su cuerpo, pasó por 56 cirugías e integra la lista de 34 sobrevivientes.


Extraído de Clarín. 



Pasaron 25 años del accidente de LAPA, exactos, y a Marisa Beiró ya le creció varias veces su propio pelo. No tuvo que volver a pensar en las pelucas que le ofrecían las enfermeras durante el año que estuvo internada, y que se negaba a usar. Lo que no entraban a esa habitación eran espejos. Algo bastante trágico para una mujer de 29 que se dedicaba a la belleza. Ni sus manos podía ver. Estaban cubiertas de vendas. Casi todo su cuerpo era de ese blanco aséptico.

El 31 de agosto de 1999, Marisa estaba en el vuelo 3142 de LAPA. Había venido a Buenos Aires desde Córdoba capital con 7 compañeras para una capacitación de 10 días de la empresa de cosmética dónde trabajaba. Cuando escuchó el primer ruido brusco (lo describe como "el avión se destartalaba") miró al costado y vio a dos de sus colegas cubriéndose la cabeza contra el asiento de adelante. No volvió a ver a ninguna nunca más. Fue la única de las 8 que sobrevivió. Tenía el 65% del cuerpo quemado.

"Siempre pensé en este título. La tragedia de LAPA. Tragedia es cuando haces las cosas bien y las cosas pasan. Acá no hicieron nada bien. Ese avión no iba más, y les habían advertido. La Justicia tampoco hizo nada bien, metieron presos a dos perejiles y quedó libre el dueño de la aerolínea y todos los culpables", dice a Clarín, y acepta el encabezado que quedó en la memoria colectiva y la vuelve a traer a las noticias más de dos décadas después.

La primera vez que la Argentina supo de esta mujer -rubia y con ojos de folleto de maquillajes- fue porque el Boeing 737 en el que iba a volver a su provincia carreteó, no pudo despegar, rompió la cerca de Aeroparque, cruzó el tránsito (mató a dos personas que viajaban en auto), chocó también una garita de gas y se estrelló contra un terraplén del complejo de Golf de Punta Carrasco. Hubo 65 muertos y 34 sobrevivientes. Ella estuvo entre los heridos más graves.

Pasó por 56 cirugías.

Marisa, que ahora tiene 54 años, se acuerda de todo. De que no sentía dolor -le explicaron que “durante el shock los sobrevivientes anulan sentidos”-, de que salió caminado del avión -el dueño del campo de deportes, que se acercó a ayudar, le dijo: “Estabas envuelta en llamas”, de que ya no iba a ser la misma.

"Yo me resistía cuando las enfermeras me querían poner pelucas para ayudarme a sentirme mejor (la rapaban constantemente para evitar una infección), o después, cuando me vi las manos (pasó por múltiples injertos y curaciones), porque la estética, la moda, pasó a ser algo totalmente secundario para mí. Yo estaba viva", marca. Hoy trabaja en la compañía más grande de venta de motos de Córdoba.

La tragedia de LAPA: 25 años de traumas superados de la sobreviviente que todavía se aferra a un miedo

Respirar para ella era alivio pero no felicidad.

"Además de todas las operaciones, de que yo ya tenía a dos de mis cinco hijos (el más grande, de 9, tuvo una larga preparación psicológica antes de visitarla en el hospital), no pude volver a ver a mi papá, que se murió en Córdoba cuando yo estaba internada. En el juicio aprendí que a ese avión le habían puesto repuestos de otro, ni siquiera del mismo modelo. Era como 'lo atamos con alambre y seguimos'. Era una muerte anunciada. Enrique Piñeyro (que era piloto de LAPA y renunció poco antes, tras denunciar esas irregularidades operativas) lo había informado todo."

La Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) determinó que todo había obedecido al error de los pilotos, por no configurar el avión correctamente para el despegue, pese a las alarmas que sonaban constantemente y que Piñeyro denunció que, justamente, "la orden era no hacerle caso a las alarmas y volar igual".

Sin haber extendido los flaps de las alas ni haber atendido a la alarma que sonaba sin parar, ni el piloto Gustavo Weigel ni el primer oficial Luis Etcheverry lograron que el Boeing levantara vuelo.

CÓMO FUNCIONAN LOS FLAPS

  • Son aletas que se despliegan gradualmente para aumentar el tamaño y curvatura de las alas y así elevar su capacidad de sutentación a bajas velocidades (despegues y aterrizajes, especialmente).
  • Despegue : Los flaps se desplegan para aumentar la superficie del ala y bajan unos 15 grados aumentando la sustentación.
  • Vuelo crucero: En vuelo, los flaps están retraídos y en posición 0 grados favoreciendo la aerodinamia del ala.
  • Descenso y aterrizaje: Los flaps se incilinan unos 40 grados aumentando la sustentación y el frenado del avión.

Dejá tu comentario