Lucio Dupuy ahora duerme en paz.

El empleado de un garage en medio de una discusión con un cliente mensual, fue agredido por un precoz y violento delincuente. La víctima lucha por su vida. El joven, en breve, estará preso y rogando que no se agrave la salud del trabajador.

Lucas González, jugador de las inferiores de Barracas Central, murió a manos de efectivos policiales. Tanto la versión policial como la de los acompañantes de la víctima, tiene fisuras. Lo concreto es que un procedimiento policial dudoso  termina en tragedia.

Roberto Sabo tenía 48 años. El domingo pasado, fue ultimado en pleno centro de Ramos Mejía, por un delincuente baja estopa, Leandro Daniel Suarez, de 30 años, con un pasado lleno de problemas y sin futuro.

El viernes por la mañana fue detenido Santiago Mazzini, el abogado que estaba prófugo desde el 4 de agosto, por haber atropellado y darle muerte al piloto de Aerolíneas Argentinas, Julián Giménez, luego de protagonizar una discusión de tránsito.

A esta altura de la vida, ya casi nada me asombra en materia judicial, pero el error en la citación a Macri, evidencia lo que todos sospechan: el sistema judicial no da para más.

El gobierno de Rio Negro solicitó al Gobierno Nacional el auxilio de las fuerzas federales para aplacar los ataques de delincuentes comunes que quieren simular ser insurrectos.

Siempre me pregunto cuándo terminará toda esta locura de muerte de inocentes. Lucas Cancino iba al colegio y fue apuñalado por no dejarse robar.

Llegó el día que el Tribunal Oral 8 puso las cosas en su lugar, sobreseyendo a Cristina Kirchner, y a los otros imputados, en aquella denuncia que había realizado de “urgencia” el fiscal Alberto Nisman.

La Justicia citó al ex presidente Mauricio Macri, acusado de mandar a espiar a los familiares de los fallecidos en el ARA SAN JUAN. Sin temor a equivocarme, es un espiador serial.