Cristina Kirchner decidió radicalizar su gestión y emprender el último tramo de su mandato como líder de una revolución que deberá suceder.
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joaquín morales solá
El default de la Presidente (selectivo, parcial o como se lo quiera llamar) podría ser más grave que el de Rodríguez Saá.
La última guerra de Cristina Kirchner es por la conquista de la semántica. ¿Deberá llamarse default su cesación de pagos, si ésta ocurriera?
Un mal final podría empeorar la última fase del poder de CFK. Una falta de acuerdo con los Fondos podría colocar en cesación de pagos la deuda.
La Presidente dejó atrás la anterior protección implícita del vicepresidente para colocarse abiertamente como su escudo político.
La ansiedad empuja al Gobierno a hablar de lo que sucederá en 2016 más que de los graves problemas actuales.
Daniel Scioli fue aceptado como el candidato a suceder a Cristina Kirchner. El gobernador recibió algunos mensajes en ese sentido en los últimos días.
Ha pasado de proponer una "Cristina eterna" a preparar la salida del poder como si sólo le quedaran quince días.
El discurso de la Presidente fue oblicuo, con más nostalgia que ilusión, dejó rastros inconfundibles de cierta conciencia de la debilidad política.
Sólo hay una certeza entre tantas incertidumbres: la crisis no demorará en devorarse a la política o al equipo de la Presidenta.